CITRUS RIVIERA

Saliendo de París, en dirección sur, llego al Cap d'Antibes. En la casa blanca, vuelvo a encontrar esas sensaciones olvidadas: la brisa que refresca la veranda, el calor de los escalones que conducen al jardín, el agua turquesa que brilla en la piscina. Me tumbo bajo los limoneros, a la sombra, y oteo el cielo azul, donde algunas nubes vagan, perdidas.