SEL D'ARGENT

Atardecer en las rocas de Córcega, la isla de la belleza. El mar plateado resplandece bajo la luz mortecina. Nuestro último baño fue hace apenas una hora y aún puedo saborear la sal en mi piel. La luna, discreta, se eleva en el cielo mientras el sol rojo se pone. De camino a casa, el aroma de las higueras perfuma el atardecer y el aire fresco y claro del mar ya señala la nostalgia del final del verano.