Familias olfativas
Conoce las características de cada familia olfativa y sus posibles combinaciones
Los perfumes de la familia Cítrica, algunas veces conocidos como Eaux Fraiches, se caracterizan por su frescura y ligereza. Esta familia olfativa también incluye las primeras "Eaux de Cologne". Ese nombre se refiere a una fragancia fresca y estimulante compuesta de bergamota, neroli, limón y romero creada en Italia en el siglo XVII, pero que debe su nombre a la ciudad de Cologne (Alemania), donde se hizo popular a finales del siglo XVIII. Los perfumes frescos consisten principalmente de esencias cítricas (bergamota, limón, naranja, mandarina, pomelo) que están asociadas con el naranjo (flor de azahar, petitgrain, neroli).
La familia Aromática, también esta denominada "Fougère" en la jerga de la perfumería, por la fragancia Fougère Royale creada en 1884, que fue la primera en evocar este olor natural, de sotobosque.
Al principio estaba compuesta de lavanda, musgo de roble, cumarina y bergamota, pero esta familia olfativa evolucionó utilizando muchas plantas aromáticas diferentes como albahaca, salvia, romero, tomillo, etc.
Como este tipo de fragancia se utilizó mucho en los años 80 en productos de barbería masculina, se suele asociar con el mundo masculino, transmitiendo una sensualidad energética y limpia.
Al principio estaba compuesta de lavanda, musgo de roble, cumarina y bergamota, pero esta familia olfativa evolucionó utilizando muchas plantas aromáticas diferentes como albahaca, salvia, romero, tomillo, etc.
Como este tipo de fragancia se utilizó mucho en los años 80 en productos de barbería masculina, se suele asociar con el mundo masculino, transmitiendo una sensualidad energética y limpia.
Fundamental en perfumería, la familia Floral comprende una increíble diversidad de flores que proporcionan nobleza, delicadeza o riqueza a las fragancias.
Por supuesto, conocemos la rosa y el jazmín, cuyo uso en perfumería es ancestral. La flor de azahar, en cambio, aporta más frescor, con matices cercanos al neroli. Las flores blancas, como la tuberosa, el ylang-ylang o la gardenia, son embriagadoras y sensuales. Si buscamos las flores más delicadas y ligeras, debemos recurrir al lirio de los valles (muguete) o el freesia. La violeta y la mimosa sorprenden con sus notas empolvadas y aterciopeladas. Una de las más especiadas, por último, sería el clavel, que desarrolla acentos de clavo.
Hoy en día, la tecnología conocida como "headspace" permite a los perfumistas capturar, en un entorno al vacío, las moléculas olfativas de plantas que están protegidas. Gracias a esta técnica, cada año se descubren nuevas notas florales.
Por supuesto, conocemos la rosa y el jazmín, cuyo uso en perfumería es ancestral. La flor de azahar, en cambio, aporta más frescor, con matices cercanos al neroli. Las flores blancas, como la tuberosa, el ylang-ylang o la gardenia, son embriagadoras y sensuales. Si buscamos las flores más delicadas y ligeras, debemos recurrir al lirio de los valles (muguete) o el freesia. La violeta y la mimosa sorprenden con sus notas empolvadas y aterciopeladas. Una de las más especiadas, por último, sería el clavel, que desarrolla acentos de clavo.
Hoy en día, la tecnología conocida como "headspace" permite a los perfumistas capturar, en un entorno al vacío, las moléculas olfativas de plantas que están protegidas. Gracias a esta técnica, cada año se descubren nuevas notas florales.
La familia Amaderada es tan rica y multifacética como la familia Floral.
El sándalo, cremoso, aterciopelado y lechoso, desarrolla un carácter cálido, reconfortante y opulento en las fragancias amaderadas. La madera de cedro, por su parte, aporta una nota seca que recuerda a aserraderos y lápices. Las raíces de vetiver dan un tono elegante y cualitativo, con sus acentos húmedos, de pomelo y ahumados. Finalmente, la madera de oud, fuerte y animal, transmite potencia y sensualidad a las fragancias.
La investigación de moléculas sintéticas ha ampliado la paleta de los perfumistas con interesantes notas amaderadas, completando las naturales, y trayendo efectos nuevos, secos, cremosos o más potentes y vibrantes.
El sándalo, cremoso, aterciopelado y lechoso, desarrolla un carácter cálido, reconfortante y opulento en las fragancias amaderadas. La madera de cedro, por su parte, aporta una nota seca que recuerda a aserraderos y lápices. Las raíces de vetiver dan un tono elegante y cualitativo, con sus acentos húmedos, de pomelo y ahumados. Finalmente, la madera de oud, fuerte y animal, transmite potencia y sensualidad a las fragancias.
La investigación de moléculas sintéticas ha ampliado la paleta de los perfumistas con interesantes notas amaderadas, completando las naturales, y trayendo efectos nuevos, secos, cremosos o más potentes y vibrantes.
En 1917, cuando François Coty creó "Chypre", un perfume a base de bergamota, notas florales, pachuli, musgo de roble y labdanum (jara), inventó una estructura que inspiraría durante décadas a perfumistas de todo el mundo. ¡La familia Chipre acababa de nacer! Hoy en día, las fragancias de la familia Chipre está experimentando un extraordinario éxito en el mundo de la perfumería, reinterpretando con modernidad esta construcción atemporal.
El musgo de roble tiende a desaparecer de las creaciones contemporáneas, que sí mantienen sus características notas cítricas y florales, intensificadas con pachuli, que aporta un increíble rastro y difusión a la fragancia.
El musgo de roble tiende a desaparecer de las creaciones contemporáneas, que sí mantienen sus características notas cítricas y florales, intensificadas con pachuli, que aporta un increíble rastro y difusión a la fragancia.
La familia Ambarada probablemente se refiere al antiguo uso del ámbar gris, una secreción producida por el cachalote, que hoy en día se ha dejado de usar por su elevado precio. Esta materia prima, junto con la vainilla, ha marcado perfumes como el Ambre Antique de Coty, o incluso el Ambre 83, base perfumada de De Laire, con lo que nació una nueva familia olfativa.
El término "Oriental" apareció poco después, asociado con los aromas del lejano oriente, y se refiere a composiciones embriagadoras, voluptuosas, cálidas y cautivadoras. Describe materias primas cálidas, melosas, ricas y embriagadoras, originarias del Orienta, como la madera de sándalo, las hojas de pachuli, las raíces de vetiver, especias, resinas y bálsamos (benjuí, incienso…). Rica en notas de base, se puede reconocer fácilmente por su intenso rastro, cálido y embriagador.
Las fragancias Ambaradas y Orientales toman prestada la misma suavidad de la vainilla, el haba tonka, el cistus ladanum, evocando el misterio de las resinas, la exótica evasión que proporcionan las especias, y las sabrosas evocaciones de notas gustativas.
El término "Oriental" apareció poco después, asociado con los aromas del lejano oriente, y se refiere a composiciones embriagadoras, voluptuosas, cálidas y cautivadoras. Describe materias primas cálidas, melosas, ricas y embriagadoras, originarias del Orienta, como la madera de sándalo, las hojas de pachuli, las raíces de vetiver, especias, resinas y bálsamos (benjuí, incienso…). Rica en notas de base, se puede reconocer fácilmente por su intenso rastro, cálido y embriagador.
Las fragancias Ambaradas y Orientales toman prestada la misma suavidad de la vainilla, el haba tonka, el cistus ladanum, evocando el misterio de las resinas, la exótica evasión que proporcionan las especias, y las sabrosas evocaciones de notas gustativas.
La familia Cuero es rica, intensa, ahumada, huele a madera quemada, alquitrán, es potente, envolvente, seca, sorprendente… Es una fórmula muy inusual, una visión de la perfumería que es bastante diferente a lo que la gente en general está acostumbrada, con notas secas y a veces muy secas, tratando de reproducir el ahumado olor del cuero (con abedul, maderas quemadas…), la suavidad del styrax o el toque aterciopelado del ante (con azafrán,…).
Los perfumes de la familia Cítrica, algunas veces conocidos como Eaux Fraiches, se caracterizan por su frescura y ligereza. Esta familia olfativa también incluye las primeras "Eaux de Cologne". Ese nombre se refiere a una fragancia fresca y estimulante compuesta de bergamota, neroli, limón y romero creada en Italia en el siglo XVII, pero que debe su nombre a la ciudad de Cologne (Alemania), donde se hizo popular a finales del siglo XVIII. Los perfumes frescos consisten principalmente de esencias cítricas (bergamota, limón, naranja, mandarina, pomelo) que están asociadas con el naranjo (flor de azahar, petitgrain, neroli).
La familia Aromática, también esta denominada "Fougère" en la jerga de la perfumería, por la fragancia Fougère Royale creada en 1884, que fue la primera en evocar este olor natural, de sotobosque.
Al principio estaba compuesta de lavanda, musgo de roble, cumarina y bergamota, pero esta familia olfativa evolucionó utilizando muchas plantas aromáticas diferentes como albahaca, salvia, romero, tomillo, etc.
Como este tipo de fragancia se utilizó mucho en los años 80 en productos de barbería masculina, se suele asociar con el mundo masculino, transmitiendo una sensualidad energética y limpia.
Al principio estaba compuesta de lavanda, musgo de roble, cumarina y bergamota, pero esta familia olfativa evolucionó utilizando muchas plantas aromáticas diferentes como albahaca, salvia, romero, tomillo, etc.
Como este tipo de fragancia se utilizó mucho en los años 80 en productos de barbería masculina, se suele asociar con el mundo masculino, transmitiendo una sensualidad energética y limpia.
Fundamental en perfumería, la familia Floral comprende una increíble diversidad de flores que proporcionan nobleza, delicadeza o riqueza a las fragancias.
Por supuesto, conocemos la rosa y el jazmín, cuyo uso en perfumería es ancestral. La flor de azahar, en cambio, aporta más frescor, con matices cercanos al neroli. Las flores blancas, como la tuberosa, el ylang-ylang o la gardenia, son embriagadoras y sensuales. Si buscamos las flores más delicadas y ligeras, debemos recurrir al lirio de los valles (muguete) o el freesia. La violeta y la mimosa sorprenden con sus notas empolvadas y aterciopeladas. Una de las más especiadas, por último, sería el clavel, que desarrolla acentos de clavo.
Hoy en día, la tecnología conocida como "headspace" permite a los perfumistas capturar, en un entorno al vacío, las moléculas olfativas de plantas que están protegidas. Gracias a esta técnica, cada año se descubren nuevas notas florales.
Por supuesto, conocemos la rosa y el jazmín, cuyo uso en perfumería es ancestral. La flor de azahar, en cambio, aporta más frescor, con matices cercanos al neroli. Las flores blancas, como la tuberosa, el ylang-ylang o la gardenia, son embriagadoras y sensuales. Si buscamos las flores más delicadas y ligeras, debemos recurrir al lirio de los valles (muguete) o el freesia. La violeta y la mimosa sorprenden con sus notas empolvadas y aterciopeladas. Una de las más especiadas, por último, sería el clavel, que desarrolla acentos de clavo.
Hoy en día, la tecnología conocida como "headspace" permite a los perfumistas capturar, en un entorno al vacío, las moléculas olfativas de plantas que están protegidas. Gracias a esta técnica, cada año se descubren nuevas notas florales.
La familia Amaderada es tan rica y multifacética como la familia Floral.
El sándalo, cremoso, aterciopelado y lechoso, desarrolla un carácter cálido, reconfortante y opulento en las fragancias amaderadas. La madera de cedro, por su parte, aporta una nota seca que recuerda a aserraderos y lápices. Las raíces de vetiver dan un tono elegante y cualitativo, con sus acentos húmedos, de pomelo y ahumados. Finalmente, la madera de oud, fuerte y animal, transmite potencia y sensualidad a las fragancias.
La investigación de moléculas sintéticas ha ampliado la paleta de los perfumistas con interesantes notas amaderadas, completando las naturales, y trayendo efectos nuevos, secos, cremosos o más potentes y vibrantes.
El sándalo, cremoso, aterciopelado y lechoso, desarrolla un carácter cálido, reconfortante y opulento en las fragancias amaderadas. La madera de cedro, por su parte, aporta una nota seca que recuerda a aserraderos y lápices. Las raíces de vetiver dan un tono elegante y cualitativo, con sus acentos húmedos, de pomelo y ahumados. Finalmente, la madera de oud, fuerte y animal, transmite potencia y sensualidad a las fragancias.
La investigación de moléculas sintéticas ha ampliado la paleta de los perfumistas con interesantes notas amaderadas, completando las naturales, y trayendo efectos nuevos, secos, cremosos o más potentes y vibrantes.
En 1917, cuando François Coty creó "Chypre", un perfume a base de bergamota, notas florales, pachuli, musgo de roble y labdanum (jara), inventó una estructura que inspiraría durante décadas a perfumistas de todo el mundo. ¡La familia Chipre acababa de nacer! Hoy en día, las fragancias de la familia Chipre está experimentando un extraordinario éxito en el mundo de la perfumería, reinterpretando con modernidad esta construcción atemporal.
El musgo de roble tiende a desaparecer de las creaciones contemporáneas, que sí mantienen sus características notas cítricas y florales, intensificadas con pachuli, que aporta un increíble rastro y difusión a la fragancia.
El musgo de roble tiende a desaparecer de las creaciones contemporáneas, que sí mantienen sus características notas cítricas y florales, intensificadas con pachuli, que aporta un increíble rastro y difusión a la fragancia.
La familia Ambarada probablemente se refiere al antiguo uso del ámbar gris, una secreción producida por el cachalote, que hoy en día se ha dejado de usar por su elevado precio. Esta materia prima, junto con la vainilla, ha marcado perfumes como el Ambre Antique de Coty, o incluso el Ambre 83, base perfumada de De Laire, con lo que nació una nueva familia olfativa.
El término "Oriental" apareció poco después, asociado con los aromas del lejano oriente, y se refiere a composiciones embriagadoras, voluptuosas, cálidas y cautivadoras. Describe materias primas cálidas, melosas, ricas y embriagadoras, originarias del Orienta, como la madera de sándalo, las hojas de pachuli, las raíces de vetiver, especias, resinas y bálsamos (benjuí, incienso…). Rica en notas de base, se puede reconocer fácilmente por su intenso rastro, cálido y embriagador.
Las fragancias Ambaradas y Orientales toman prestada la misma suavidad de la vainilla, el haba tonka, el cistus ladanum, evocando el misterio de las resinas, la exótica evasión que proporcionan las especias, y las sabrosas evocaciones de notas gustativas.
El término "Oriental" apareció poco después, asociado con los aromas del lejano oriente, y se refiere a composiciones embriagadoras, voluptuosas, cálidas y cautivadoras. Describe materias primas cálidas, melosas, ricas y embriagadoras, originarias del Orienta, como la madera de sándalo, las hojas de pachuli, las raíces de vetiver, especias, resinas y bálsamos (benjuí, incienso…). Rica en notas de base, se puede reconocer fácilmente por su intenso rastro, cálido y embriagador.
Las fragancias Ambaradas y Orientales toman prestada la misma suavidad de la vainilla, el haba tonka, el cistus ladanum, evocando el misterio de las resinas, la exótica evasión que proporcionan las especias, y las sabrosas evocaciones de notas gustativas.