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Básicos de Perfumería

Volvemos a enamorarnos de los perfumes chipre

Quizá es la familia olfativa que más cuesta visualizar, puesto que su nombre no da muchas pistas sobre los ingredientes que la conforman. ¿O tal vez sí? Si pensamos en la isla de Chipre, de la que toma su nombre, y en su frondosa vegetación, podemos empezar a imaginar a qué huelen estas fragancias. Es la idea de la que partió François Coty cuando creó en 1917 el famoso perfume Chypre, dando origen a una nueva familia olfativa, aunque su historia comenzó unos cientos de años antes...

Quizá es la familia olfativa que más cuesta visualizar, puesto que su nombre no da muchas pistas sobre los ingredientes que la conforman. ¿O tal vez sí? Si pensamos en la isla de Chipre, de la que toma su nombre, y en su frondosa vegetación, podemos empezar a imaginar a qué huelen estas fragancias. Es la idea de la que partió François Coty cuando creó en 1917 el famoso perfume Chypre, dando origen a una nueva familia olfativa, aunque su historia comenzó unos cientos de años antes…

¿Qué notas definen a los perfumes chipre? La familia chipre se considera una categoría clásica de fragancias, que se caracteriza por una mezcla compleja y sofisticada de notas cítricas, florales, maderas y musgo de roble.

Notas olfativas características de los perfumes chipre

Notas olfativas características de los perfumes chipre

Notas cítricas: históricamente, bergamota aunque también limón y naranja, que aportan frescura y luminosidad.
Notas florales: generalmente de rosa, jazmín y geranio, que aportan feminidad y suavidad.
Notas amaderadas: pachuli, apoyado por sándalo o vetiver, que añaden profundidad y sofisticación.
Musgo de roble: este es uno de los ingredientes clave que le da a los perfumes chipre su distintiva sensación terrosa, amaderada y ligeramente húmeda, evocando bosques y naturaleza salvaje.

¿Por qué vuelven a estar de moda los perfumes chipre?

¿Por qué vuelven a estar de moda los perfumes chipre?

En los últimos años se ha producido un renacimiento de las fragancias clásicas. Hemos redescubierto los estilos atemporales y sofisticados. Y las fragancias chipre, con su riqueza y profundidad, conectan con un sentimiento de empoderamiento en el que prima la elegancia.
Así explica la perfumista Sonia Constant su idea sobre el tipo de mujer que gustará de llevar un perfume achiprado como es Musc Nude, de Narciso Rodriguez, que lleva su firma: “Me imagino a una mujer segura de sí misma, sensual y que aprecia la elegancia atemporal de una fragancia chipre. Celebra su belleza natural. Usa Musc Nude para ella como una segunda piel, convirtiéndolo en parte de su identidad”.
Los perfumes chipre exploran matices secos, terrosos y poco manidos, lo que atrae a quienes buscan algo refinado y poco convencional.
Además, es innegable el atractivo de lo vintage; la nostalgia por los perfumes clásicos ha resurgido con fuerza, especialmente en un contexto en el que las marcas de perfumes de lujo y nicho están centradas en recuperar el esplendor pasado de la alta perfumería con una interpretación moderna.

Si repasamos la evolución histórica de la perfumería, las esencias chipre han resurgido en momentos en los que la sociedad ha demandado perfumes poderosos. Por ejemplo, tras su irrupción en 1917 de la mano de Coty, los chipre volvieron a estar de moda en los años 40, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la población deseaba sentir el resurgir de la vida con fragancias intensamente verdes. Ejemplo de ello son Femme, de Rochas, y Ma Griffe, de Carven.

Después, en los años 80, las fragancias chipre regresaron denotando una época en la que la mujer se incorporaba al mundo de los negocios y buscaba perfumes que enfatizaran su presencia. Aromatics Elixir, de Clinique, es ejemplo de un chipre floral intenso.

Hoy en día, después de haber superado una pandemia mundial y ante un contexto de nuevas incertidumbres geopolíticas, la sociedad desea experimentar con el perfume y disfrutar de su sensorialidad en todas sus facetas. 

Los amantes de las fragancias, cada vez más formados sobre sus peculiaridades, buscan diferenciarse entre la multitud y, sin duda, la familia olfativa chipre puede resultar tan grandilocuente como audaz.

Si repasamos la evolución histórica de la perfumería, las esencias chipre han resurgido en momentos en los que la sociedad ha demandado perfumes poderosos. Por ejemplo, tras su irrupción en 1917 de la mano de Coty, los chipre volvieron a estar de moda en los años 40, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la población deseaba sentir el resurgir de la vida con fragancias intensamente verdes. Ejemplo de ello son Femme, de Rochas, y Ma Griffe, de Carven.
Después, en los años 80, las fragancias chipre regresaron denotando una época en la que la mujer se incorporaba al mundo de los negocios y buscaba perfumes que enfatizaran su presencia. Aromatics Elixir, de Clinique, es ejemplo de un chipre floral intenso.
Hoy en día, después de haber superado una pandemia mundial y ante un contexto de nuevas incertidumbres geopolíticas, la sociedad desea experimentar con el perfume y disfrutar de su sensorialidad en todas sus facetas.
Los amantes de las fragancias, cada vez más formados sobre sus peculiaridades, buscan diferenciarse entre la multitud y, sin duda, la familia olfativa chipre puede resultar tan grandilocuente como audaz.

“Me imagino a una mujer segura de sí misma, sensual y que aprecia la elegancia atemporal de una fragancia chipre”, así explica la perfumista Sonia Constant el prototipo de mujer que encaja con el estilo de perfumes chipre.

¿A qué huelen los perfumes chipre?

¿A qué huelen los perfumes chipre?

La inspiración de los perfumes chipre surge de la isla mediterránea de Chipre. En sus frondosos bosques templados se respira el aroma de la tierra mojada, la madera, las flores y el musgo que crece en los robles.
No obstante, esta es una familia olfativa muy versátil y podemos encontrar estructuras que se ajustan más a la composición clásica y otras más modernas que la reinterpretan.


Entre las estructuras chipre clásicas, encontramos Tabac Blond, de Caron; Mitsouko, de Guerlain; y la primera versión de Miss Dior, de 1947.
En los años 2000, nuevos giros rejuvenecen las partituras olfativas con notas afrutadas en Coco Mademoiselle, de Chanel (2001) y un envolvente almizcle egipcio, en el caso de Narciso Rodriguez For Her Eau de Toilette (2003).
Y entre los lanzamientos más recientes, destacan las propuestas de alta perfumería de Infiniment, de Coty, Aristo Chypre y Or de Moi; el nuevo perfume femenino de Hermès, Barénia; Good Girl Blush Elixir, de Carolina Herrera; La Panthere Elixir, de Cartier; Gris Dior Esprit de Parfum, de Dior; y Armure Mara, de Rabanne.
Aunque las reinterpretaciones más actuales de la familia chipre introducen notas más suaves, afrutadas e, incluso, gourmand, todas comparten el juego de claroscuros que las caracteriza: acordes luminosos y brillantes en la salida y una base profunda y terrosa o musgosa.

Los perfumes chipre solo revelan su verdadero carácter cuando entran en contacto con la piel.

Un poco de historia

Un poco de historia

Si bien es François Coty quien da entidad a los perfumes chipre, esta familia olfativa tiene siglos de historia. Es una de las más antiguas y especiales por su legado y simbolismo.
Para entender su importancia en la perfumería, tenemos que retroceder hasta la Edad Media, cuando la isla de Chipre era un lugar estratégico para el comercio de materias primas entre Oriente y Occidente: labdanum (resina extraída de la jara) y musgo de roble, entre otros ingredientes, eran muy apreciados por los comerciantes de la época.
En dicho periodo, eran habituales los guantes de cuero perfumados con musgo de roble para darles una fragancia distintiva acorde con los gustos de la alta sociedad de la época. Y durante el Renacimiento, se hicieron muy populares unos pequeños pajaritos de cerámica, conocidos como “pajaritos chipre”, que se impregnaban con resinas para perfumar prendas o espacios. En el siglo XIX, el chipre era la fragancia favorita de la corte, que perfumaba sus pelucas con esta esencia.

Su elegancia atemporal es lo que ha impulsado a Christine Nagel a crear el primer chipre de Hermès, Barénia, un perfume que solo revela su verdadero carácter cuando entra en contacto con la piel. Y esto es justo lo que hace que esta familia olfativa sea mágica, al crear una estela adictiva que solo se torna sensual al fundirse con la tez.
Hoy en día, los perfumes chipre se adaptan a los gustos de los consumidores y a las nuevas regulaciones que garantizan la seguridad de las fórmulas. Y aunque alguno de sus componentes no se pueda utilizar como en sus orígenes (es el caso del musgo de roble, restringido en la perfumería moderna), los perfumistas han desarrollado alternativas para conservar la esencia de la familia chipre. Nuevas fragancias exploran esta combinación de frescura y profundidad que caracteriza a los chipres, demostrando que, después de siglos, esta familia olfativa sigue siendo tan relevante y cautivadora como en sus orígenes.

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