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Básicos de Perfumería

¿Por qué no huelo mi perfume?

Cuando estrenas perfume parece que su estela va contigo allá donde vas y puedes descubrirte oliéndolo a cada momento. Pero sin previo aviso dejas de olerlo.

Cuando estrenas perfume parece que su estela va contigo allá donde vas y puedes descubrirte oliéndolo a cada momento. Pero sin previo aviso dejas de olerlo.

La pregunta ¿por qué no huelo mi perfume? Es recurrente y todos nos la hemos planteado en algún momento y la respuesta no tiene que ver con la capacidad de tu nariz o la potencia del perfume.


En estos años difíciles en lo que nos ha tocado convivir con la pandemia y el Covid-19 también hemos naturalizado que uno de los posibles síntomas y a veces incluso secuelas de virus es precisamente la perdida del olfato. Pero no hay por que alarmarse, no oler el propio perfume, casi siempre, es un acto reflejo de nuestro propio cerebro.

Como ya hemos hablado en otras ocasiones, el sentido del olfato sigue siendo un misterio en muchos aspectos y a veces puede engañarnos. Por eso cuando dejas de oler tu perfume empiezas a ponerte más cantidad, esperando así seguir notándolo en ti, incluso llegas a preguntar a la gente ¿hueles mi perfume? Y la respuesta generalizada suele ser sí… ¿entonces cual es el problema? Posiblemente es sólo que tu nariz se ha acostumbrado a su aroma.


Precisamente esa característica del sentido del olfato se relaciona con su función primitiva que nos alerta, igual que al resto de animales, del peligro. Es por eso que, por pura supervivencia, cuando un olor es habitual nuestro cerebro lo asimila como parte de nuestro olor corporal. De igual modo sucede con los aromas que provienen de nuestro hogar, los asimilamos para poder detectar fácilmente cuando algo es diferente y evitar posibles peligros, de ahí que podamos detectar el olor a humo, o a comida en mal estado.


Por todos estos motivos no solo nos acostumbramos a nuestro perfume cuando lo llevamos muy a menudo, sino que también lo hacemos con olores desagradables o simplemente cuando hay mucha información a nuestro alrededor, véase el metro o la oficina. Nuestro cerebro nos da la impresión de que los aromas han desaparecido cuando las moléculas del olor siguen presentes a través de un mecanismo que filtra la información que considera necesaria.

¿Cuándo dejas de percibir tu olor?

Es difícil de determinar y depende de cada persona y evidentemente de la cantidad de perfume que utilices. Una buena forma de reconciliarte con tu nariz y volver a oler esa fragancia que te fascina es que descanses un poco.


Prueba a ponerte otros perfumes, diviértete e investiga; incluso intenta aplicarte el perfume de una forma diferente, practica el layering, verás como por arte de magia, vuelves a sentir ese aroma que tanto te gusta.

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