Rebosante de vida, el tulipán se inclina lentamente, sus carnosas curvas blancas se deslizan hacia la luz y luego hacia el olvido. Semence Douce capta esta danza silenciosa entre el nacimiento y la desaparición, el resplandor y el desvanecimiento. Un homenaje a la primera pulsación de la vida y a la belleza última de su final. El soplo inicial revela un acorde casi salado, que combina leche de almendras y azafrán poco común. Le sigue un frescor verde que evoca la savia de un tulipán vivo. El corazón se ilumina con jacinto y flor de almendro, antes de fundirse en heliotropina, que deja una luz suave y persistente en la piel, como un aliento que se desvanece lentamente.