El azafrán agrega una explosión energizante y, sin duda alguna, especiada a las fragancias femeninas y masculinas. Es una nota infinitamente lujosa de facetas cálidas y coriáceas, que nos evoca el ante en particular, así como una sensación íntima, suave aunque ligeramente amarga.
Esta especia bastante lujosa tiene su origen en la planta crocus sativus (comúnmente conocida como "azafrán"). El azafrán, el estigma carmesí y los estilos de la flor se recolectan antes de que las flores se abran por completo y se dejan secar en una malla de fibra. Es una tarea notoriamente laboriosa por la que, de 100 000 flores, solo se producirá 1 kg de azafrán seco. Y, de ahí, se extrae con etanol un 50 % de resinoide.
El azafrán tiene una larga historia, siendo una de las especias más caras del mundo. Se cultivó por primera vez en Grecia hace más de 35 siglos, donde se apreciaba como símbolo de resurrección y fuerza. El azafrán aparece en un fresco antiguo en el palacio de Minos en Knossos, en el que se representa a un niño recogiendo el delicado estigma y los estilos de la flor de crocus sativus. Se puede afirmar que el proceso de cultivo, recolección y procesamiento de esta pequeña especia divina ha sido un esfuerzo agotador que ha consumido nuestro tiempo y vaciado nuestros bolsillos durante milenios.
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