ROCK 'N' ROUGE

La tentación atraviesa la penumbra del teatro y Eros lanza su flecha más afilada. El deseo atraviesa el escenario y rueda como mil canicas ardientes hacia el patio de butacas. Allí, al resplandor del primer cambio de luces, los ojos de la estrella incendian los del hombre que observa. Y, como por arte de magia, todo el resto del público desaparece. Él y ella son los únicos que permanecen, sin conocerse, sin tocarse jamás. Unidos por la seducción, son protagonistas inconscientes de un pas de deux felino, cargado de electricidad.