En Capri, el geranio silvestre le acompaña en sus paseos por la isla, asomándose a los senderos desde los pintorescos acantilados y floreciendo en las zonas históricas, hasta los balcones de las casas donde, a lo largo de los años, ha sido domesticado y cultivado. Su descarada presencia aquí ha estimulado la imaginación de Carthusia, que siempre ha recurrido a la naturaleza salvaje y hermosa de Capri para enriquecer su selección de fragancias con sensaciones frescas.
Italia
F
2014