ALTAMURA

Altamura nace de esta colisión entre lo arcaico y lo cósmico, entre un fragmento de humanidad y el pulso del universo. Esta fragancia capta el impulso de lo invisible, el aliento de la materia en movimiento, y nos hace vibrar con el misterio que nos conecta. Una ola silenciosa, polvo de estrellas en suspensión. Desde la primera fragancia, se despliega un acorde cálido y luminoso de bayas rosas, frutos secos y naranja dulce. El corazón es más denso, revela incienso y ron, antes de deslizarse hacia las profundidades resinosas del bálsamo de abeto. Una fragancia texturizada, vibrante, casi cósmica.