Un perfume para cada estación

Aunque la elección de un perfume es emocional y depende en gran parte de nuestro estado de ánimo, es cierto que la zona en la que vivimos y su climatología terminan siendo un factor importante que nos ayuda a decidir. Por eso es inevitable que como en el caso de nuestro armario, con la llegada de las diferencias estaciones también hagamos cambio de perfume. Vamos a analizar qué tipo de aroma o ingrediente encaja más en cada estación.

Es la época del año donde los días empiezan a alargarse, hay más luz y florece todo a nuestro alrededor. Parece que el ambiente nos llama a llenarlo todo de flores y color, por lo que las fragancias florales suelen ser las reinas. La variedad de opciones es casi infinita: rosas, muguet, jazmín, lirio, violeta… La primavera invita a atreverse con perfumes frescos y ricos en notas verdes y florales.

Con la subida de las temperaturas y los rayos del sol las flores se transforman en fruta, de entre las que destacan los cítricos como la bergamota, el yuzu, la mandarina o la lima caviar. Su aroma se combina con el salitre del mar en perfumes refrescantes con un sinfín de combinaciones que van de lo exótico (fruta de la pasión o aromas de cócteles) a lo floral (con flores blancas que dejan en la piel un aroma sensual).

Las fragancias suelen ser más ligeras y en muchas ocasiones en formatos con menor porcentaje de perfume, incluso de base acuosa, como la bruma, para refrescarnos con un agradable aroma.

Las especias suelen ser los ingredientes que se asocian al otoño donde gradualmente descienden las temperaturas que invitan a apostar por fragancias más cálidas. Algunos de los ingredientes más comunes son el cardamomo, el jengibre o la pimienta rosa, que son especias frescas, frente a la canela, el clavo y el comino, con un punto más cálido. Abundan los perfumes ricos en notas amaderadas (sándalo, cedro, madera de guaiac) y de almizcle. Es una estación de transición, donde una vez más la naturaleza y la gastronomía marcan las combinaciones de ingredientes y nuestras preferencias en lo que a perfumes se refiere.

Llega definitivamente el frío y con él las fragancias más intensas. Las fórmulas son interminables, desde fragancias orientales (vainilla, bálsamos, incienso, mirra) y ámbar, a otras más amaderadas y cálidas o con notas dulces de jengibre. El invierno es una estación que invita a experimentar con los perfumes, a combinarlos a través del layering y a dejar que los aromas te envuelvan como un jersey de cashmere o una gran bufanda.