A decir verdad, no se sabe con exactitud quien decidió el sexo de las notas olfativas. Al final del día, todo parece ser una simple idea de relación de ideas: las mujeres huelen a flores y a aromas delicados, y los hombres, en su versión más cliché, huelen al cuero de sus botas, al tabaco de sus puros o a productos de limpieza cotidianos.
Probablemente de ahí venga que los aromas femeninos se relacionaran con notas florales y los masculinos con notas más intensas.
Partamos de la base que los grandes perfumistas del mundo están de acuerdo en que ningún perfume tiene género. No obstante, es la sociedad que, por un gusto que se ha ido “educando”, relaciona ciertas fragancias con un determinado género.
Esta idea preconcebida puede variar según el país o la región. En América Latina, la división cultural de los aromas es muy marcada, y cualquier acento floral en una fragancia masculina, automáticamente repele a su usuario. En España, el uso de las colonias frescas es bastante generalizado entre hombres y mujeres y si bien la línea divisoria entre unas y otras existe, no es tan marcada. En culturas como la francesa o la árabe, los perfumes están más libres de etiquetas y, de hecho, son los hombres quienes prefieren los aromas florales.
La realidad es que esta distinción entre perfumes de hombre y de mujer es fruto del marketing, por una pura necesidad de catalogación. Es más sencillo de promover, posicionar, targetizar y vender. Pero al igual que la moda, la perfumería ya comienza a romper con etiquetas y así como los hombres hoy llevan bolsos, faldas y “genderless clothes” y mujeres que usan chaquetas o camisas masculinas; muchos aromas están posicionándose de forma para resultar atractivos tanto por mujeres como por hombres.
Si bien es cierto que por regla general las mujeres tienen menos prejuicio en el momento de escoger una fragancia que les guste, sin importar si está catalogada como masculina, los hombres son algo más reticentes. Por fortuna, las nuevas generaciones ya se muestran más receptivas ante las propuestas genderless y entienden que usar un perfume con jazmín o llevar una camisa con detalles brillantes no tiene relación alguna con su sexualidad.
Partamos do princípio de que os grandes perfumistas do mundo concordam que nenhum perfume tem um género. No entanto, é a sociedade que, devido a um gosto que foi "educado", relaciona certas fragrâncias com um determinado género.
En esta nueva realidad, son las marcas de perfumería niche quienes han decidido eliminar de una vez por todas el género de las fragancias, y se agradece. Carolina Herrera Confidential, Tom Ford, Christian Dior, Hermessence by Hermés o Armani Privé entre muchas otras, han decidido a crear perfumes excepcionales y únicos… sin importar si quien los usa sean ellas, ellos o elles.