
Busco un perfume fresco.
Esta frase hasta hace un tiempo se refería a una fragancia ligera, de las que es habitual llevar durante los meses más cálidos y casi siempre con notas cítricas. De un tiempo a esta parte este concepto ha ido más allá ampliando su significado con un nuevo matiz: bienestar.

Los perfumes frescos son aquellos que te recuerdan a ese juego de sábanas limpias cuando te vas a dormir, a una camiseta recién estrenada, al sol de verano, a ese primer baño en el mar o la lluvia cuando casi llegas a casa. Todas esas sensaciones evocan frescura y son como un soplo de aire fresco para la piel, el antídoto perfecto para las mañanas de los lunes antes de ir a trabajar o para esa colada que se acumula y parece no tener fin. Los estudios demuestran que las fragancias tienen el poder de afectar al estado de ánimo, reducir el estrés y relajar los músculos, por eso no sorprende que los perfumes frescos levanten pasiones.
Hay muchas formas de aportar frescor a perfume, desde notas marinas con un aroma acuático y toques salados, a los míticos cítricos o a través de hierbas aromáticas y notas verdes. Otra posibilidad es crear esa faceta de frescor a través de moléculas como el dihidromircenol que puede tener multitud de matices según con que ingredientes se combine.
Destacamos algunas de las fragancias frescas más populares

CK One de Calvin Klein, posiblemente la fragancia fresca más conocida del mundo, una propuesta creada en 1994, andrógina, que huye de las etiquetas y que marcó un antes y un después en el mundo de la perfumería. Tiene bergamota, té verde, cardamomo, flores, nuez moscada y musgo.
Cool Water de Davidoff, una de las pioneras en esta clasificación, una fragancia creada en 1988 y que aún se sigue utilizando en todo el mundo. Su frescor evoca al mar en todo su esplendor con notas de lavanda, menta, azahar, musgo, romero, sándalo, ámbar y jazmín.
Acqua di Parma, con su perfume insignia Colonia, creado en 1916, marcó un antes y un después en la perfumería y forma parte de la memoria olfativa de muchísimas personas. Una mezcla de verbena, cítricos (limón, naranja, bergamota), romero, rosa, lavanda, cedro y vetiver que no entiende de géneros ni de modas.
Blanche de Byredo, evoca la pureza del blanco, el olor de la piel limpia y del detergente fresco a través de notas de rosa suave, peonía, violeta, sándalo, almizcle y aldehído. Poesía para la piel y uno de los favoritos de las nuevas generaciones.

Lazy Sunday Morning de Maison Margiela Replica, de nuevo ese frescor de la colada recién hecha, de las sábanas de lino en un domingo sin despertador y la brisa entrando por la ventana. Es la mezcla perfecta de lirio de los valles, almizcle blanco, azahar, iris, rosa, pachulí y aldehído.
Light Blue de Dolce & Gabbana, otro perfume clásico, imposible dejarlo fuera de la selección. Su combinación de cítricos, jazmín, cedro, manzana, bambú, almizcle y ámbar huele a un verano en Italia, disfrutando junto al mar. Sal, sol y felicidad.
Costa Azzurra de Tom Ford, es otro ejemplo de frescor oceánico con denominación de origen: la costa del mediterráneo. El perfume tiene notas de lavanda, ciprés, albahaca, enebro, cítricos, algas marinas, oud, cardamomo, incienso, vainilla, vetiver y cedro.