Perfumes con gran concentración: la nueva versión intensa de tus fragancias favoritas

Las fragancias concentradas han dejado de ser una rareza para convertirse en tendencia. Extractos y elixires se han convertido en perfumes deseados. ¿Será porque esa profundidad te hace disfrutar durante más tiempo de una historia olfativa?

¿Pero qué tienen realmente de especial estos perfumes? ¿Es solo una cuestión de intensidad o hay más detrás? ¿Más concentración significa mejor perfume?

En perfumería, el término extracto (también conocido como extrait de parfum) hace referencia a fragancias con altas concentraciones de aceites esenciales perfumados. En teoría, un extracto contiene entre un 20% y un 40% de estos aceites (el eau de parfum suele tener una concentración de entre el 15% y el 20%), lo que lo convierte en una fórmula intensa, profunda y duradera.

Sin embargo, no existe una regulación oficial ni una normativa que delimite claramente qué puede considerarse un extracto. Esto significa que cada marca puede utilizar el término con cierta libertad, y que dos productos etiquetados como extrait pueden ofrecer rendimientos muy distintos en términos de duración, proyección o intensidad.

Así que, en la práctica, cada marca puede denominar a un perfume extracto solo para enfatizar que la esencia tiene tenacidad.

Esta falta de estandarización es una reivindicación antigua entre los perfumistas, como señala Ramón Monegal al afirmar que el perfume podría llevar una denominación similar a la del vino. Hoy en día, la terminología depende más “del departamento de marketing para posicionar el perfume”, sostiene.

Más allá del porcentaje de aceites, un extracto suele presentar una composición más densa y menos alcohólica, lo que reduce la volatilidad del perfume y lo hace evolucionar más lentamente sobre la piel. También requiere una aplicación diferente, en menor cantidad.

Pero no todo se resume en porcentajes. Un extracto no es simplemente una versión más fuerte de una fragancia. A menudo se reformula para adaptarse a la nueva composición, se ajustan notas para lograr un equilibrio y, normalmente, requiere de un proceso más prolongado de envejecimiento. Así, una misma fragancia en versión eau de parfum y en versión extrait puede contar una historia olfativa completamente distinta.

Según detalla Marco Parsiegla, director ejecutivo de Amouage, el proceso de maduración de un extracto es similar al de un vino o un whisky, ya que requiere entre ocho y 16 semanas de maceración. Un detalle que revela cómo esta firma ha ido adquiriendo conocimientos sobre el proceso de creación de los extractos: mientras la marca trabajaba con el perfumista Pierre Negrin sobre Interlude 53, se dieron cuenta de que el perfume se volvía más redondo con un proceso de maceración más largo.

No necesariamente. La clave no está en alcanzar el porcentaje más alto, sino en encontrar un equilibrio que respete la fórmula y potencie la experiencia olfativa. Una concentración elevada no siempre garantiza una mejor proyección o rendimiento. De hecho, con menos etanol en la mezcla, la difusión puede verse reducida, y el trabajo del perfumista se vuelve aún más complejo.

Como explica Amouage, el verdadero reto es equilibrar longevidad y difusión, e, incluso, es necesario adaptar la experiencia de pulverización de la fragancia: “Cuanto mayor sea la concentración, más desafiante será la experiencia de pulverización”.

En el caso de los Exceptional Extraits, se utiliza una boquilla y un mecanismo de pulverización completamente diferentes para ofrecer un rendimiento óptimo, ya que las bombas de pulverización fina pueden ser propensas a obstruirse.

“Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de familia olfativa y los ingredientes”, sostiene Marta Tamayo, directora de Comunicación y Marketing de la perfumería Le Secret du Marais, ya que no podemos esperar que un perfume cítrico dure muchas horas.

Si buscamos duración, debemos inclinarnos por ingredientes intensos que evaporen más lentamente, tales como las maderas, las especias, las flores, los cueros y los almizcles.

También hay que tener en cuenta el tipo de piel. “Cada perfume es diferente y un perfume no está acabado hasta que no lo aplicas en tu piel”, explica Tamayo. Por lo general, una piel seca retiene menos la fragancia que una grasa. Por eso, para prolongar la duración del perfume, puedes aplicar antes una crema hidratante.

Un dato a tener en cuenta a la hora de perfumarte con un extracto es que su alta concentración puede hacer que deje manchas en la ropa. Lo aconsejable es vaporizar el perfume a cierta distancia.

Más allá de su duración o intensidad, lo que hace único a un extracto de perfume es su capacidad para evocar una historia olfativa más íntima. La concentración transforma no solo la duración, sino también el carácter de la fragancia: los acordes evolucionan de forma distinta, las materias primas se perciben con otra textura y el perfume se vuelve una segunda piel.

“La misma fórmula al doble de concentración no resultará interesante ni diferente desde el punto de vista olfativo. Se requieren diferentes modificaciones y reestructuraciones de la fórmula, así como experimentar con los tiempos de envejecimiento para ofrecer un perfil aromático completamente nuevo”, revela Amouage.

¿Existe una fórmula maestra para crear extractos? “No existe una receta para crear un perfume altamente concentrado; se trata de artesanía y experiencia. Algunas fragancias funcionan mucho mejor con dosis más bajas, lo que demuestra que crear fragancias de calidad no trata de seguir recetas rígidas. Esta es la belleza de nuestra industria”, explica esta firma de perfumes, tras años de experiencia trabajando con extractos.