Ingredientes de perfumes que te transportan al Mediterráneo

Los ecos del mar Mediterráneo inspiran acordes salinos, ozónicos y de madera seca:

- Sel d’Argent, de BDK Parfums, evoca la última hora de la tarde en la costa con bergamota, pomelo y azahar en una esencia reconfortante.

- Costarella, de Carner Barcelona, mezcla cítricos, azafrán y acordes marinos con arena para transmitir la sensación de libertad frente al mar.

- Eden-Roc, de Dior, rinde homenaje al lujo de la Costa Azul con sal marina, pino y flores blancas.

El azahar, flor del naranjo, brilla por su aroma luminoso. Según como se combine, puede ser limpio y chispeante con cítricos o envolvente y adictivo con almizcles y especias.

- Neroli Portofino, de Tom Ford, reinterpreta la colonia clásica con neroli, bergamota y toques ambarados.

- Italian Citrus, de D.S. & Durga, mezcla cidra, naranja amarga, mandarina y petit grain (obtenido de las hojas y ramitas jóvenes del naranjo amargo), y aporta un carácter verde, ligeramente seco y herbal al perfume.

- Fleurs d’Oranger, de Serge Lutens, lleva el azahar a un plano narcótico.

- Sur L’Herbe, de L’Artisan Parfumeur, lo retrata con un toque limpio y herbáceo entre musgos blancos y ámbar.

- Palermo, de Byredo, entrelaza naranja amarga, bergamota y almizcle para evocar esta ciudad histórica.

Aunque no crece cerca de la costa, la lavanda impregna el aire seco de las colinas provenzales y la perfumería de Grasse:

- Lavande Blanche, de L’Occitane, ofrece una versión delicada y veraniega con bergamota, rosa y almizcle blanco. Una lavanda suave y luminosa, como una sábana al sol.

- Lavender, de Demeter, revela una lavanda pura, botánica y casi medicinal: como frotar flores frescas entre los dedos.

- Lavanda Imperiale, de Santa Maria Novella, presenta una lavanda fresca con cítricos y ámbar, fiel a la tradición florentina.

Los pinares mediterráneos, resinosos, secos, aromáticos, mezclan el frescor vegetal con la calidez de la tierra. Su olor es una constante en las costas de Italia, Grecia y España.

- Salina, de Laboratorio Olfattivo, captura el mar, el verde del bosque de pinos y el calor del sol en la isla eólica que le da nombre.

- French Riviera, de Mancera, invita al “dolce far niente” (disfrutar de no hacer nada) con una fragancia que mezcla cítricos, acordes marinos y yodados, con una nota de pino.

- La Isla Blanca, de Ramon Monegal, combina pino, heliotropo marino y piel salada sobre una base resinosa con almizcle, reflejando el hedonismo de Ibiza.

Pocos olores evocan el verano como el de la higuera. Frutos, hojas, madera y savia al sol desprenden un aroma intenso, símbolo de pausa y silencio, roto solo por el zumbido de las cigarras.

- Philosykos, de Diptyque, combina hojas verdes, savia y madera de higuera para llevarnos a una cala griega solitaria.

- Un Jardin en Méditerranée, de Hermès, recrea un jardín secreto en Túnez con una higuera bañada en corteza de cítricos.

- Fico di Amalfi, de Acqua di Parma, mezcla dulzura de higo y frescor acuático en una estela cítrica que recuerda la brisa costera.

- A Grove by the Sea, de Arquiste, capta la mineralidad de la costa adriática con notas de olivo, higo y aire salado.