Una fragancia se diseña siempre teniendo en cuenta la pirámide olfativa. A pesar de que un perfume está compuesto por muchos ingredientes y a través de distintas técnicas, su formulación siempre se hace considerando la pirámide olfativa para que todas sus notas encajen a la perfección.
Y es que, aunque el mundo del perfume sea evocador y nos conecte con nuestras emociones, el proceso de creación de una fragancia es una mezcla entre ciencia y alquimia.
Aunque parezca increíble, un perfume puede estar compuesto por más de doscientos ingredientes y cada uno tiene una función. Conseguir su equilibrio es esencial para conseguir un buen resultado. Cuando crean una nueva fragancia, los perfumistas posicionan sus diferentes ingredientes de una forma muy concreta para que según su volatilidad y tenacidad vaya percibiéndose.
Esta forma de construir un perfume se llama pirámide olfativa y fue establecida por el perfumista Jean Carles. Usar la pirámide olfativa es una forma de equilibrar la fórmula de un perfume, estructurarla y contribuir a que vaya evolucionando una vez se aplique. Esta división está formada por tres tipos de notas: de salida, de corazón y de fondo y viene dada por el ritmo de evaporación de los ingredientes yendo de los más ligeros a los más persistentes.
