Reconocida y admirada en todo el mundo. El nombre de Carolina Herrera es sinónimo de elegancia.
Desde sus icónicos vestidos de alfombra roja hasta la clásica camisa blanca, la diseñadora venezolana ha conquistado a varias generaciones con sus colecciones de moda y, también, con sus perfumes. Su seña de identidad: la celebración del poder femenino.
De Caracas a la Quinta Avenida
El vínculo de Carolina Herrera con la moda nace en su infancia. Nacida en Caracas en 1939, viaja desde joven a París con su abuela para hacerse vestidos y asiste a desfiles de alta costura, entendiendo la ropa como una declaración de identidad.
Su estilo y carisma la convierten en una figura destacada de la alta sociedad, siendo considerada una de las mujeres mejor vestidas de la época. En los años 60 y 70 vive entre Caracas y Nueva York, relacionándose con figuras clave del arte y la moda como Andy Warhol y Diana Vreeland, editora de Vogue e impulsora de su salto al diseño. No es hasta 1981, con 42 años y cuatro hijas, cuando lanza su propia marca, iniciando su carrera con una visión madura y una estética definida.
Su primera colección, presentada en el Metropolitan Club de Nueva York, fue un éxito. Desde entonces, la marca ha consolidado un estilo marcado por la dualidad entre tradición clásica y modernidad relajada: camisas de popelina, faldas voluminosas y elegancia sin ostentación. "Tengo una responsabilidad con la mujer de hoy en día: hacer que se sienta segura, moderna y, sobre todo, guapa”, ha dicho Carolina Herrera. Desde 2018, la dirección creativa recae en Wes Gordon.
“Tengo una responsabilidad con la mujer de hoy en día: hacer que se sienta segura, moderna y, sobre todo, guapa”, declara Carolina Herrera.
El salto al perfume
Hay un antes y un después del lanzamiento de Good Girl. Aunque la marca ya tenía presencia en perfumería, esta fragancia causó sensación global. Diez años después, sigue siendo el perfume femenino más vendido a nivel mundial y número uno en Estados Unidos.
Pero los éxitos no llegaron por casualidad. En los años 90, la línea 212, inspirada, inspirada en la energía de Nueva York (y en el código de área telefónica de Manhattan), conquistó con su espíritu urbano y cool.
En los años 2000, se sumó la saga Chic y CH, con un estilo clásico y romántico de aire contemporáneo.
Subiendo un peldaño en la perfumería de lujo, en 2015 nace Herrera Confidential, una colección exclusiva y unisex que combina influencias orientales y europeas en composiciones sofisticadas. Con frascos que evocan piedras preciosas, se posiciona en el segmento de perfumería nicho. Su último lanzamiento, Cedar Chic, es una esencia floral aldehídica inspirada en la icónica camisa blanca de la marca.
Good Girl rompe moldes en 2016. Presentada en Estados Unidos como el mayor lanzamiento de Carolina Herrera en los últimos 14 años, venía con el lema “It’s so good to be bad” (“Es tan bueno ser mala”), proponiendo un juego de contrastes sobre la dualidad de la mujer.
La forma del frasco, un zapato con tacón de aguja, es un alarde creativo y técnico que refleja sofisticación y empoderamiento. Su composición, con jazmín, cacao, haba tonka, almendra y café, combina acordes suaves e intensos en una mezcla innovadora. El resultado: un flechazo olfativo y visual con una legión de fieles consumidoras en todo el mundo.
El compañero de Good Girl llegó en 2019. Bad Boy, con un frasco en forma de rayo, logró un nuevo éxito para la marca. “Hace tiempo que le daba vueltas a este proyecto: un perfume que capturase la masculinidad moderna, basado en la calidad de los ingredientes, una fórmula pionera en torno al contraste. Con un frasco impresionante, un símbolo icónico e impactante y una imagen creativa y comprometida”, explicaba Carolina Herrera de Baez, directora creativa de fragancias durante su lanzamiento.
Después, ambos perfumes sumaron diferentes versiones, dando lugar a una triunfadora saga de fragancias.
Good Girl, con un frasco en forma de zapato con tacón de aguja, es todo un alarde creativo y técnico que refleja sofisticación y empoderamiento femenino.
En 2025 Carolina Herrera se prepara para un nuevo hito en perfumería. El lanzamiento de La Bomba, una fragancia femenina que inaugura un nuevo pilar para la marca.
Su nombre es más que una elección impactante, ya que era el apodo con el que Diana Vreeland llamaba a Carolina Herrera por su presencia magnética y su energía. Este espíritu se materializa en un perfume que rinde homenaje a la fundadora y symboliza la evolución creativa e innovadora de la marca.
Fruto de cuatro años de trabajo, La Bomba llega con una propuesta olfativa firmada por Christophe Raynaud, Louise Turner y Quentin Bisch. Su partitura floral, luminosa y afrutada, ha sido diseñada para dejar huella. Su frasco, con forma de mariposa y en tonos rosa y rojo emblemáticos de la casa, expresa empoderamiento femenino y pura emoción.
Con el objetivo de convertirse en una marca valorada en mil millones de euros, Carolina Herrera es más que una firma de moda y belleza: es la visión de una mujer que ha sabido conectar con las aspiraciones de una sociedad en constante cambio.
Desde su incorporación en 1980 al Salón Internacional de la Fama de las personas mejor vestidas, Carolina Herrera ha recibido numerosos premios y distinciones, como el galardón a la Diseñadora de Moda Femenina del Año (2004), el premio al Arte de la Moda del Consejo de Alta Costura del Museo Fashion Institute of Technology (2014) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, otorgada en España en 2002, entre otros.
Su capacidad para construir una marca basada en la elegancia femenina ha trascendido el tiempo y alcanzado mercados internacionales. Cada creación, desde la camisa blanca hasta el stiletto perfumado, es un manifiesto de empoderamiento femenino, belleza atemporal e innovación constante.