"Mantener la pasión por la creación".
Con una dilatada experiencia en Norteamérica, y en particular en Nueva York, Olivier Gillotin sigue movido por la pasión por la creación. Salir a pasear, o despertarse en mitad de la noche, y coger una idea para una fórmula que brota. Para él, la inspiración está en todas partes. Puede surgir del descubrimiento de una flor, de un libro, de un cuadro de Miró, del recuerdo de un licor suizo, de un helado degustado en Roma, o incluso de la vida cotidiana en su granja de los Apalaches, donde cada estación aporta multitud de olores. En sus creaciones cultiva un estilo a la vez atrevido y cómodo. Le gusta trabajar con fórmulas lo más cortas posible, "traduciendo una idea fuerte y estructurada a partir de sus notas de fondo". ¿Su interés actual? Interpretar todas las facetas de la mimosa que le rodea en invierno en el jardín de su casa en la isla de Oléron.