Nathalie Lorson
La sensibilidad y la perseverancia están en el corazón de la obra de Nathalie. Para esta perfeccionista, la autocrítica es la parte más difícil de su trabajo. Lo que más llama la atención de Nathalie Lorson es su energía. Su dinamismo es notable, y es lo que le permite hacer malabarismos con tantos proyectos a la vez.
Nathalie Lorson trabaja para y con los demás. Para esta mujer generosa, la creación depende del intercambio de ideas; se trata de expresar y compartir emociones. Busca, intenta, asocia, construye, yuxtapone… hasta que todo "funciona". Esta prolífica perfumista -con tantas creaciones a sus espaldas- es tan discreta y humilde que preferiría enviar a otra persona en su lugar para aceptar los premios que recibe. Su última recompensa es cruzarse por la calle con alguien que lleve una de sus composiciones y descubrir que esa mujer ha elegido hacer de la fragancia de Nathalie una parte de su vida, una parte de su mundo íntimo…
"No hago este trabajo para mí misma. El verdadero objetivo es emocionar a la gente. La gente me pregunta a menudo si he creado mi propia fragancia personal, ¡pero eso no me interesa en absoluto! Yo soy el centro de este trabajo. Pienso en crear para otra persona, para alguien concreto, con la esperanza de que otras personas quieran hacerlo suyo. No soy una estrella de cine… ni una pintora que posa junto a su lienzo. De hecho, me parezco más a un autor que desaparece detrás de sus propias palabras".
La sensibilidad y la perseverancia están en el corazón de la obra de Nathalie. "Soy una buscadora de oro en busca de pepitas. Encontramos mucho polvo de oro, ¡pero pocas pepitas! "Para esta perfeccionista, la autocrítica es la parte más difícil de su trabajo. Lo que más llama la atención de Nathalie Lorson es su energía. Su dinamismo es notable, y es lo que le permite hacer malabarismos con tantos proyectos a la vez. En su despacho, las carpetas de proyectos ocupan toda una pared. Las estanterías rebosan de sus creaciones y apenas queda espacio para sus objetos personales, al igual que ella misma, una perfumista discreta y de enorme talento que prefiere, siempre que sea posible, dejar que su trabajo hable por ella.
Sus creaciones pueden compararse a las piezas de un puzzle: cada una de ellas está conectada con las demás, y cada una contribuye a hacer de Nathalie Lorson la persona que es: una mujer con muchas cualidades.
