Meabh McCurtin
Puedo vivir en un espacio dentro de mi mente que tiene menos que ver con los hechos y más con conectar con la gente, conectar con las ideas, explorar a través de los sentimientos, toda la sinestesia de los olores. Quiero sentir que he hecho algo que resuena en la gente y que les gusta llevarlo. Es una señal de que lo que he hecho ha conectado con ellos.
Meabh es algo más que una persona. Es un elixir. Al escucharla, uno se queda maravillado por todos los verdes: el verde de sus ojos, el verde de su tierra natal, Irlanda, las sombras verdes de la historia, de las hadas, de los recuerdos. Las palabras de Meabh son como convocatorias a mundos envueltos en una hermosa niebla, y también lo son sus perfumes.
En el origen, antes de que todo empezara, no había voluntad de convertirse en perfumista, ni vocación, pero sí curiosidad. Aunque Meabh se dé cuenta ahora de que cuando era niña le ofrecieron un kit de perfumería y le gustó y le impresionaron los vasos y las pipetas, aunque también solía prensar flores para ver qué pasaba, Meabh no supo que quería ser perfumista hasta que lo supo y lo supo porque reunió, coleccionó, a lo largo de muchos años, sensaciones, palabras, olores, sabores, historias, elementos de ciencia profunda que un día encontraron su perfume medio.
Cuando Meabh rememora su infancia, recuerda una niñez de ensueño, única, un modo de vida centrado en la libertad y la exploración: "Cuando era niña, mis dos padres estaban en la universidad. Mi padre era científico, físico, y mi madre estudiaba inglés. Pasábamos mucho tiempo en el campus. Ese ambiente de que mis padres fueran estudiantes creó una atmósfera de libros y aprendizaje que realmente alimentó mi curiosidad". Meabh se sintió atraída por el vasto campo del conocimiento y las sensaciones que puede ofrecer una vida sencilla de juegos a la orilla del mar o en un jardín: "Crecí en una pequeña ciudad no muy lejos de la costa, la costa oeste de Irlanda, y creo que el ambiente del mar me afectó. El mar estaba en el aire y yo lo respiraba hasta tal punto que se convirtió en parte de mí. También la hermosa luz, una especie de media luz, muy atmosférica. Cuando estás junto al mar, es muy difícil ponerle una palabra, pero es como una mezcla de la historia y el paisaje, como si el paisaje lo hubiera absorbido. Mi padre también trabajaba como meteorólogo y traía a casa unos mapas enormes. Pasé mi infancia respirando el paisaje, dibujando, pensando y tocando música. Tocaba el violín y el piano en un grupo de música irlandesa, y viajábamos por todo el país tocando en los distintos concursos y festivales que había. Era muy divertido y una buena fuente de creatividad". Aprender, explorar, saltar de un pensamiento o sensación a otro, registrar impresiones, así es Meabh y así es como habla y crea.
