Marie Salamagne
Para Marie, un perfumista encarna a la vez al artesano y al artista. "Un buen perfume actúa como la magdalena de Proust. Tiene el poder de transportar y la emoción que despierta es incontrolable y poderosa. Es una entidad en sí misma". Marie busca constantemente esta magia.
Marie Salamagne nació en una familia de médicos para quienes el trabajo y la pasión estaban intrínsecamente unidos. Fue durante sus estudios cuando oyó hablar por primera vez de la escuela de perfumería. Inmediatamente, su instinto se apoderó de ella y supo que ése sería su camino en la vida. Siempre había sido sensible a las fragancias, desde el perfume de un profesor hasta el aroma de una casa. Poco a poco, su futuro se iba aclarando. Marie trazó cada paso de su viaje, cada uno de los cuales la guiaba en la dirección correcta. Desde el principio encontró su camino y floreció, y desde entonces su carrera le ha dado muchas satisfacciones.
Para Marie, un perfumista es a la vez un artesano y un artista. "Un buen perfume es como la magdalena de Proust. Tiene el poder de transportar y la emoción que despierta es incontrolable y poderosa. Es una entidad en sí misma". Marie busca constantemente esta magia. Su proceso creativo es solitario. Tiene un ritual: cierra la puerta, recoge sus cuadernos y piensa. Está en armonía con sus notas. Cada cuaderno tiene su propósito: el más grande relaciona los aromas con los materiales, otro estudia las notas naturales, otro las notas de fondo y el último esboza su visión general. La relación entre los materiales y el color le fascina. Visualiza sus creaciones como si fueran mimos, donde los tonos crean contrastes. En realidad, Marie es mucho más organizada de lo que dice, y disfruta más de su libertad cuando está definida por un marco. Marie siempre ha bailado, primero clásico y luego jazz moderno. Sigue bailando, aunque huye de la improvisación. Recuerda emociones fuertes cuando de niña veía a Alvin Ailey o a Jorge Donn bailar para Bejart.
Siempre espontánea, no puede evitar experimentar enseguida para que las ideas cobren vida. Es una persona generosa e incapaz de encontrar la felicidad en solitario. Admite que puede ser impaciente y sensible, con una personalidad nerviosa que de vez en cuando hay que envolver entre algodones. Sin embargo, todo lo que vemos en esta joven y brillante parisina es una mujer cariñosa, amable y feliz, una perfumista cuyas fragancias son resplandecientes y suntuosas. "
