"Cada día es un reto, así que cada día aprendo algo nuevo".
Un tesoro para los sentidos, a John Gamba le encantaba explorar el jardín de su abuela mientras crecía. "Recuerdo que cogía la albahaca y mi abuela me enseñaba a cultivarla y a mancharla con las manos para poder olerla en las yemas de los dedos".
Ahora, como perfumista, la principal inspiración de John proviene de la cocina y la jardinería, y disfruta trabajando con especias. "En los perfumes, realza mucho el aspecto herbal", dice. "Pero tiene que ser la cantidad justa".
Con una formación en química, el don de John para la precisión le ha servido de mucho. Se ha ganado la reputación de ser un solucionador de problemas al ser capaz de trasladar una fragancia de un medio a otro, como convertir un perfume en un gel de ducha o una loción corporal. "Siempre es divertido enfrentarse a un obstáculo diferente en perfumería", afirma.