Honorine Blanc-Hattab

La Maestra Perfumista Honorine Blanc es una mujer que combina una innegable fuerza personal con la sensibilidad de un verdadero espíritu artístico. No huele sus fragancias, las siente.
Nació en Beirut, donde pasó sus primeros años; su carácter se moldeó con su cultura dinámica y refinada. Estudió en París, donde se introdujo en el mundo de la perfumería. Honorine llegó a Nueva York de la mano de la Maestra Perfumista Sophia Grojsman, de donde nunca se ha ido.
Cuando se trata de su trabajo, Honorine es una perfeccionista. Quiere crear fragancias "imperfectas y adictivas, llenas de nuevas ideas, tensiones y emociones. Comprenderlas me ayuda a crear nuevas estructuras y texturas". Le apasiona comunicar lo que sólo los perfumes pueden: formas que nos transporten con la sencillez y claridad de sus estructuras, añadiendo la sensualidad intangible y la adicción que hacen grande a una fragancia.
A Honorine le encanta crear sin los límites de un proyecto, pues le encanta la oportunidad de arriesgarse y hacer una nueva declaración. "No creo en las reglas cuando trabajo en una fragancia. Quiero liberarme y dar rienda suelta a mi mente para explorar nuevos territorios. Es entonces cuando puedo ser más creativa". Al igual que sus fragancias, es vulnerable, cuestionadora, provocativa y muy viva.
Y así es como la perfumería de Honorine nos sitúa en un delicioso estado de embriaguez, deseo, libertad e intrepidez. Cuando se le pregunta qué la define como perfumista, responde: "Me encantan los retos y me exijo mucho a mí misma. Mi mayor miedo es despertarme un día sin ideas nuevas que crear. Vivir al borde del miedo es mi abismo personal, peligroso y delicioso. Me exhorta a esforzarme más". "