Guillaume Flavigny
"En busca de la armonía".
De niño, cuando jugaba en el parque, Guillaume Flavigny coleccionaba todo lo que tuviera fragancia. Más tarde, en su adolescencia, el atractivo de los perfumes
se convirtió en una obsesión, y como las obsesiones son para perseguirlas, encontró naturalmente el camino hacia la profesión que le permitía hacerlo
.
Desde entonces se ha dedicado a desarrollar una gama ecléctica de perfumes, todos muy diferentes entre sí, pero cada uno con la firma inconfundible de un hombre que pone todo su corazón en su trabajo, que compara cada creación con "un viaje fantásticamente bello".
Es un enófilo apasionado, fabrica su propia cerveza y es un entusiasta del yoga y la meditación. La suya es una mente inquisitiva que alimenta una dinámica creativa capaz de mantener viva la inspiración.
También alimenta ese impulso el mundo de la música: Flavigny siempre ha tocado el piano. Cuando elabora las fórmulas de sus fragancias, las piezas de jazz y las composiciones de Mozart le ayudan a sacar sus emociones y a concentrarse en el trabajo que tiene entre manos.
Porque "en perfumería, como en música, buscamos la armonía, los acordes y el contrapunto".
