Fabrice Pellegrin

El espíritu de Grasse corre por las venas de Fabrice. Su padre era perfumista; su abuela, una querida recolectora de jazmines, y su abuelo, un proveedor de naturales para perfumería. Fabrice sigue muy vinculado a la región. Para él, los recuerdos de Grasse están entretejidos con imágenes de olivos y cipreses, amplios espacios abiertos, el sol, el canto de las cigarras, amigos sonrientes y un ritmo de vida constante, así como el tiempo pasado con las generaciones mayores: "los habitantes de Grasse son reservados, mantienen sus conocimientos preciosamente ocultos, pero cuando los divulgan, los entregan por completo".
Fabrice Pellegrin se formó trabajando en estrecha colaboración con profesionales experimentados. Prestó mucha atención a las distintas etapas por las que deben pasar las materias primas en el viaje que va de la cosecha al perfume. Además de su papel de perfumista creativo, Fabrice también participa en el desarrollo de productos naturales en Firmenich. Desde hace 15 años, reparte su tiempo entre París y los laboratorios de investigación de Grasse.
Este perfumista generoso y serio se complace en ensalzar las virtudes de su pasión ante los alumnos de las escuelas locales. Se empeña en que su saber hacer se transmita de generación en generación y no es de extrañar que su hijo mayor esté a punto de convertirse en perfumista. Para Fabrice, no hay nada más halagador que ser imitado. También cree firmemente en el poder de la educación: "Es importante que compartamos nuestros conocimientos, intercambiando ideas y siendo abiertos. Nadie tiene la verdad. Al igual que el mundo de la moda, la perfumería está constantemente rediseñando, reescribiendo y marcando tendencias".
Su humildad y perseverancia son dos cualidades indispensables para alguien de su profesión. En el reverso de su reloj ha grabado "Carpe Diem", un recordatorio del paso del tiempo para este hombre impaciente, que nos dice lo que más le importa a este brillante perfumista: "aprovechar al máximo el tiempo del que dispones".