Aurélien Guichard
Mi inspiración puede ser un simple gesto, una forma de ser, de decir algo, de emocionarme,
captado en el momento, observando a hombres y mujeres en su vida.
Hace cinco años, Aurélien Guichard decidió regresar a Tourette, cerca de Grasse, para continuar la tradición de las siete generaciones de perfumistas que le precedieron. Allí plantó rosas Centifolia, descubriendo los secretos del cultivo a través del contacto con los hombres y mujeres de este oficio, injertadores, podadores y recolectores.
Le esperaba un largo camino a este oriundo de Grasse, criado en París por un padre perfumista y una madre escultora, que en 1999 estudió en la escuela de perfumería de Givaudan. "El día que volví fue cuando descubrí la perfumería, y se ha convertido en toda mi vida". Catorce años más tarde, fue contratado por Firmenich y después, en mayo de 2018, se incorporó a Takasago. Este perfumista-creador reparte su tiempo entre la ciudad y el campo con igual placer y tiene un im- minso deseo de compartir y transmitir su experiencia.
