"Las fragancias no tienen por qué ser complicadas".
Para Adriana Medina, es fundamental que las fragancias evolucionen. "Es como leer un libro: hay un principio, un nudo y un desenlace", afirma.
"Todo ese viaje es muy importante". Además, un perfume tiene que ser potente. "No me gustan las fragancias tímidas", añade Adriana. "Quiero que sean como mi personalidad: burbujeantes, atrevidas, valientes".
Para crear perfumes con "agallas", como los describe Adriana, a la colombiana le gusta especialmente trabajar con notas cítricas, florales y amaderadas. Tras graduarse en la universidad, Adriana empezó a trabajar como técnico de laboratorio, por lo que aprendió perfumería en el trabajo. Lo que más le gusta de ser perfumista es el equilibrio que requiere. "Es una combinación perfecta de arte y creatividad, y al mismo tiempo, el enfoque científico, es lo mejor de ambos mundos", dice. Su sentido de la estética, su toque artístico y su talento para crear composiciones memorables hacen que la perfumería de Adriana sea irresistible.