Con la visión de fusionar arte y perfumes, Martine Micallef y su esposo Geoffrey Nejman fundan en 1996, en Grasse (Francia), la marca de perfumes nicho M. Micallef.
Las fragancias M. Micallef se distinguen por su alta calidad, así como por el diseño único de sus envases, decorados a mano, lo que convierte cada perfume en una obra de arte única. Sus creaciones reflejan la naturaleza majestuosa de los Alpes y la Costa Azul y evocan un estilo de vida refinado.
El compromiso de los creadores por una perfumería virtuosa ha impulsado que la marca sea socia exclusiva de una finca de Grasse que proporciona durante todo el año flores excepcionales para sus composiciones, siguiendo la premisa “de la flor al frasco”.