Ligada al mundo de la hípica, el origen de Hermès (1837) radica en un taller artesano de París del que salían arneses y sillas de montar de alta calidad. La fama de la casa trabajando el cuero propició que diversificara su oferta creando bolsos, accesorios, moda y perfumes.
1951 es el año de inicio de los perfumes de Hermès, que se estrena en la perfumería de la mano de un gran maestro perfumista, Edmond Roudnitska, con Eau d’Hermès, una fragancia que combina notas cítricas con un acorde de cuero para reflejar la herencia de la marca. Diez años más tarde, se lanza Calèche, otro de sus perfumes icónicos, y, en 1995, nace 24 Faubourg.
La década de los 2000 supone un cambio de rumbo en la colección de fragancias de Hermès con el fichaje de un perfumista propio, Jean-Claude Ellena, quien ha trabajado para la maison entre los años 2004 y 2016. Su obra incluye algunos de los perfumes más icónicos de la marca, como Terre d’Hermès (2006), Un Jardin Sur Le Nil (2005) y Voyage (2010).
En 2014, Christine Nagel se incorpora como perfumista de Hermès, quien tomará en 2016 el testigo de Jean Claude Ellena como responsable de perfumes y patrimonio olfativo de la casa. Desde su primera fragancia, Galop, pasando por Twily y Un Jardin à Cythère, Nagel ha introducido un toque femenino en sus fragancias, manteniendo el vínculo olfativo con los valores de la marca, ejemplo de elegancia, pureza y sensualidad discreta.