Las facetas frescas y mentoladas se mezclan con notas aciduladas pero dulces, y afrutadas en un delicado equilibrio de jugosa acidez. La nota de grosella negra es cara y, por lo tanto, exclusiva de la perfumería fina. Los olfatos han de estar preparados porque la nota de grosella negra tiene un toque animal que se ha comparado con la orina de un gato. Sin embargo, cuando se mezcla de manera experta, su aroma es audaz, único y divinamente aromático.
El arbusto de grosella negra es una planta lujosamente fragante, conocido por sus hojas particularmente aromáticas que secretan una esencia olorosa a través de sus glándulas. Los arbustos de grosella negra, que adoran los climas fríos, se encuentran en regiones frías y húmedas como Escandinavia. Sin embargo, la planta también se cultiva en varias regiones de Francia, sobre todo en Borgoña. Los brotes de hojas nuevas se cosechan a principios de año y se extraen cuidadosamente de los esquejes. Su codiciado absoluto se obtiene mediante extracción con disolventes volátiles.
En 1841, un licor llamado “crème de cassis” hizo su primera aparición en Dijon, Francia. Para elaborar el licor, se infusionaron grosellas negras cultivadas en Borgoña en una mezcla novedosa que cautivó al público. Sin embargo, esta materia prima no tendría protagonismo en el mundo de las fragancias hasta 1960. Aún a día de hoy, es un producto bastante raro de obtener, pero el cultivo mecanizado permite cosechas más abundantes.
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