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Rosa Taif

Aroma majestuoso y característico, especiado, verde y meloso, potente y rico, tan floral como afrutado, que puede evocar al lichi.

Las rosas, la piedra angular de la perfumería, están indisolublemente unidas a las fragancias que hemos llegado a conocer y amar. De hecho, la rosa cuenta con más de 400 componentes conocidos, con una variedad de reconstrucciones de todos los precios. Su aroma es potente y rico, con facetas florales y afrutadas de contraste dulce pero especiado, verde pero meloso. La rosa suele describirse como una nota femenina con facetas florales y empolvadas.

Ficha técnica
Tipo
Materia prima natural
Método de extracción
Destilación por arrastre de vapor o extracción con solventes
Partes usadas
Flores frescas, pétalos

Producción

Las rosas se cultivan en masa en algunas de las regiones más hermosas que podamos imaginar, como son ciertas zonas de Francia, Turquía, Bulgaria y Marruecos (el valle del Dadès). Pero no todas las rosas llegan a nuestras queridas fragancias. Las rosas se clasifican en dos categorías generales: rosas ornamentales, cultivadas por sus cualidades estéticas y luego las codiciadas rosas fragantes, que despiertan el interés de los perfumistas. De las 5000 variedades botánicas de rosas conocidas, solo dos se utilizan en perfumería: la rosa centifolia y la rosa damascena. La rosa centifolia, una flor sin espinas cultivada en Grasse, se considera que tiene un aroma más "delicado", extraído con solventes para obtener un absoluto. Como todo lo que evoca interés, esta nota floral divina está envuelta en secretismo, y su producción se ha vuelto bastante confidencial últimamente. Sin embargo, las cualidades aromáticas de la centifolia son tan hermosas que las prestigiosas casas de perfumes continúan usándola. Por otro lado, la rosa damascena (o rosa de Damasco), producida en Turquía y Bulgaria, es la única rosa conocida que existe como esencia. Y más aún, se cree que se encuentra entre las esencias más ricas y aterciopeladas disponibles. Esta esencia se captura a través de un proceso de destilación, en el que las flores se recogen a mano al amanecer y se procesan rápidamente.

Photo by courtesy of Robertet.

Historia

Suaves, sedosas e increíblemente hermosas, no es de extrañar que las rosas sean el epítome del romance y la pasión. La existencia de las rosas, y nuestra posterior fascinación por ellas, abarca más de tres milenios. A lo largo del tiempo, las rosas se han utilizado en innumerables productos para el cuidado de la piel, se han destilado en una infinidad de aromas y brebajes olfativos, y se han adorado por sus cualidades estéticas. Se dice que los suelos de los palacios babilónicos estaban cubiertos de suaves pétalos de rosa. En la Antigüedad, las rosas eran un elemento básico en los banquetes de lujo, y se usaban para perfumar aguas, vinos finos y mermeladas. Y en Marruecos, los árabes y los bereberes disfrutaban de la destilación de rosas y sus derivados desde el siglo I a. C.

Photo by courtesy of Robertet.

Sabías que...

El nombre "rosa centifolia" está inspirado en la abundancia de pétalos de la flor (“cent feuilles” que significa “cien hojas” en francés). La sofisticación olfativa de la rosa es bastante impresionante: su compleja química la hace inimitable, está compuesta por nada menos que 400 componentes, algunos de los cuales solo son trazas, pero juegan un papel decisivo en la formación de su divino aroma. La rosa en sí es el símbolo del amor (la rosa blanca representa la pureza, la rosa roja la pasión). Además de su obvia importancia en perfumería, el aceite esencial de rosa centifolia tiene múltiples aplicaciones terapéuticas. Es un tónico general y ayuda a restablecer el equilibrio de la mente y el cuerpo al ayudar a combatir la ansiedad. En cosmetología, se recomienda encarecidamente su uso para regenerar la piel seca o escamada.

Ingredientes más combinados

Fragancia Icónica
Chloé

CHLOÉ EAU DE PARFUM (2008)

Larga es la lista de perfumes que se podrían mencionar como icónicos de la rosa: Rose Jacqueminot de Coty, Nahéma de Guerlain, Paris de Yves Saint Laurent, Trésor de Lancôme…, pero Chloé, en 2008, ofrece un renacimiento a la rosa, proponiendo una ilustración natural, moderna y femenina. La rosa se apoya en la peonía en la salida, aprovechando la humedad del rocío, y en el lichi, para un toque jugoso y atractivo. Mantiene su frescura y ligereza hasta el fondo, donde abraza un cedro ambarado y almizclado.

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