El oud, también conocido como madera de agar, se obtiene de un árbol raro que crece en la India y en el sur de Asia (particularmente en Tailandia). Para adquirir esta venerada esencia, se lleva a cabo un proceso de destilación que no es tan simple como parece, ya que solo los árboles infectados por hongos producen esta resina aromática con una sutil fragancia. Y para complicar aún más las cosas, solo el 10 % de los árboles de madera de agar son óptimos. Afortunadamente, la intervención humana ha logrado crear plantaciones de oud diseñadas para producir artificialmente madera de agar plagada de hongos a través de un proceso lento pero fructífero. Los árboles que tienen más de cuatro o cinco años se perforan y se infectan con el hongo en particular, y se pueden volver a infectar para obtener (aproximadamente) un rendimiento un 25 % mayor. Una vez extraída la resina, los troncos de los árboles se reciclan en astillas de madera, mientras que otras partes de los árboles se pueden convertir en incienso intensamente perfumado. A través de este meticuloso proceso, un solo árbol de madera de agar produce alrededor de 32 ml de esencia. Teniendo esto en cuenta, podemos perdonar el costoso precio del oud que ronda los 15 000 euros por litro (o incluso los 60 000 euros por litro en las variedades “vintage”). Además de la edad, hay otros factores responsables de las variaciones de precio, como el color de la esencia, la textura y el origen del árbol. La madera de oud de 5 años presenta una fragancia animal más intensa y coriácea, cualidades muy buscadas por los conocedores de fragancias del Medio Oriente. Las fragancias de inspiración occidental con una imagen sofisticada o lujosa son igualmente populares, con un número notable de marcas europeas que enfatizan las notas de madera de oud.
