Notas verdes

Los aromas refrescantes de las notas verdes ocuparon un lugar protagonista después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo estaba, literalmente, desesperado por una bocanada de aire fresco. Antes de esta época, estaban de moda las notas animales como la civeta, el almizcle, el castóreo, el ámbar gris y la piedra de África. Sin embargo, fue el modisto Pierre Balmain el primero en popularizar una fragancia más refrescante. En colaboración con la química y perfumista francesa Germaine Cellier, la casa firmó Vent Vert en 1947, marcando un cambio cultural dentro del mundo de los perfumes hacia notas verdes y terrosas. La esencia de gálbano era una de las favoritas en ese momento, unida a otras notas como la albahaca en célebres acordes.