Una casa perfumista con una nariz experta puede manipular las muchas etapas de madurez de una mora y reflejar sus matices siempre tan dulces en un acorde cuidadosamente elaborado. Las moras evocan un efecto que oscila delicadamente entre lo deliciosamente dulce y lo sorprendentemente agrio. Las notas de mora son particularmente populares al combinarlas con otras notas afrutadas, o con flores.
Entre las zarzas espinosas de los arbustos de moras crece esta fruta dulcemente ácida. Nativas de las regiones templadas del norte, las moras son particularmente abundantes en América del Norte y Europa. El aceite esencial no se puede extraer de la mora; así que la nota se reproduce sintéticamente en laboratorio utilizando otras materias primas.
La historia que rodea a la deliciosa mora está llena de mitos e intrigas. En el folclore inglés se cree que pasar bajo un arco de ramas de zarzas podría curar todo tipo de dolencias. Los celtas, por otro lado, creían que las moras eran sagradas para las hadas (entre otras criaturas míticas). Según el cristianismo, la corona de espinas que usó Jesús estaba hecha de zarzas, convirtiendo así las bayas rojas en negras.