Originaria de China y el sudeste asiático, la fruta del lichi crece en un árbol exótico de la familia de las sapindáceas Tiene una pulpa blanca translúcida de sabor ligeramente ácido, que está envuelta por una cáscara rojiza. Su sutil fragancia recuerda a las rosas. Las notas de lichi se reproducen en un laboratorio, ya que no es posible extraer un aceite esencial. Un ingrediente útil es el óxido de cis-rosa, una molécula que huele a lichi y que también se puede encontrar en la naturaleza en rosas y geranios.
El cultivo del lichi fue mencionado por primera vez en el año 111 a. C., en los registros reales del emperador Han Wudi, quien ordenó que se plantara dentro de los muros de su palacio. Desafortunadamente, el cultivo no tuvo éxito debido a las duras condiciones climáticas del norte de China. El lichi fue llevado a la Isla Reunión en 1764 por Joseph-François Charpentier de Cossigny de Palma, donde se le llama letchi. De allí viajó a Madagascar, el cual se convirtió en uno de sus principales productores desde entonces.
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