El jazmín, una nota de corazón que no pierde su popularidad, es muy deseada y se usa mucho en perfumería. Esta fragancia camaleónica es deliciosamente versátil; como nota de salida es transparente y luminosa, mientras que como nota de fondo resulta sorprendentemente animal y sensual. Sus características suaves y embriagadoras se combinan en una intoxicante ola de rica tenacidad. Equilibrando perfectamente la feminidad y la masculinidad, el jazmín emite un aroma inconfundiblemente potente que es floral y afrutado a la vez.
Originaria de los valles del Himalaya, la flor de jazmín se cultiva en varios países del mundo. India y Egipto son los principales productores, mientras que Marruecos, Italia y Francia producen cantidades menores. Contamos con más de 200 variedades de jazmín, pero en realidad solo se utilizan dos en perfumería, el Jasmine Grandiflorum y el Jasmine Sambac. La temporada de floración del Jasmine Grandiflorum es de junio a octubre, y las mejores flores se recolectan en julio y agosto. La extracción con disolvente es el método más utilizado para obtener un concreto del que se obtienen absolutos tras su lavado con alcohol. El hexano es el disolvente más utilizado en este proceso.
El jazmín ha sido venerado durante milenios por su aroma embriagador y su simbolismo espiritual y sensual. Su uso en perfumería se remonta a las primeras civilizaciones de Asia y Oriente Medio, donde se empleaba en rituales sagrados, cosmética y medicina. En el siglo XVI, los árabes introdujeron el jazmín en Europa a través de España, y desde allí su cultivo se expandió hasta llegar a Grasse, Francia, donde se convirtió en un pilar de la perfumería clásica. Durante el siglo XIX, el jazmín se consolidó como una de las flores más nobles de la paleta del perfumista, presente en grandes composiciones florales y Chipre. Su perfil dual —entre la pureza luminosa y la sensualidad animal— lo convirtió en protagonista de creaciones icónicas, tanto femeninas como unisex, desde el siglo XX hasta hoy.
En la India, durante la época de cosecha, las mujeres caminan entre los arbustos desde el amanecer hasta el atardecer para recoger solo los pequeños brotes que aún están cerrados. Después se reúnen todas las flores y se llevan a un mercado mayorista. El jazmín es un regalo de Dios a la mujer, que se usa como ofrenda, en tratamientos de belleza, en el cabello y los perfumes.$ El jazmín ha ocupado un lugar especial en diferentes regiones y diferentes momentos de la historia. En Grasse se refieren cariñosamente al jazmín como La Flor. En China el jazmín simboliza la feminidad y la dulzura. En el arte medieval esta flor llegó a asociarse con la virgen María. Los hindúes lo llaman claro de luna del bosque. Su aceite esencial se puede usar para tratar la piel seca o irritada, mientras que en Asia se usa para dar sabor al té y la comida.