La nagarmotha, un aroma que sabe permanecer, se desenvuelve lentamente, revelando todas sus facetas dinámicas: desde una fragancia distintivamente amaderada hasta sus matices más ahumados y coriáceos, no muy diferentes del ámbar o las notas animales que recuerdan al oud. Este ingrediente incoloro se mezcla a la perfección en las composiciones tradicionales, reinventando los aromas chipre modernos y cristalinos.
Al igual que la tan versátil planta del papiro de Egipto, la nagarmotha pertenece a la familia de las ciperáceas. Esta delicada hierba con flores crece ampliamente de forma silvestre en la India, así como en algunas otras regiones de Asia. Para producir su aceite bien fragante, las raíces de la planta (rizomas) se someten a un proceso de destilación por arrastre de vapor.
En el antiguo Egipto, el papiro era un material muy versátil y, por lo tanto, era muy codiciado por quienes dependían de él. Los antiguos egipcios creían que el papiro era el símbolo de la alegría y la magia; un cetro de las diosas. De hecho, el papiro Cyperus se convirtió en el emblema del bajo Egipto, mientras que el loto representaba un Egipto unificado. En India, la nagarmotha junto con el algodoncillo, el nardo indio, el jatamansi y el fekhand, aparecen en una de las recetas del mantra del encanto de Vashikarana. Se dice que si un hombre se aplica la esencia mística en la frente tiene asegurado el éxito romántico.
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