La angélica añade una vibrante nota de salida herbácea a los acordes. Es un aroma naturalmente almizclado con matices amaderados, con una faceta única en contraste con sus brillantes estallidos de pimienta. Este ingrediente complejo es conocido por sus cualidades fijadoras, actuando como un "sinergista" y anclando llamativos acordes cítricos.
La esencia de la angélica se captura a través de un proceso de destilación. A partir de la angélica se pueden producir dos tipos de esencias para la industria del perfume: una extraída de las raíces y otra de las semillas. Si bien ambas esencias recuerdan una madera almizclada dulce y herbácea, la esencia derivada de las raíces de la angélica es más áspera.
Envuelta en misticismo y conspiración, se pensaba que la angélica protegía de los poderes nigrománticos de la brujería, los espíritus malignos e incluso la peste. La planta herbácea debe su nombre al arcángel Rafael, quien trajo la raíz a Carlomagno para salvar a su ejército de la peste. Una bolsita de angélica colgada del cuello de un niño lo protegía de los males, tanto físicos como espirituales.
Alemania, Francia