Creada por perfumistas, la nota de praliné reproduce el aroma dulce y gourmand del caramelo con moléculas como maltol o etil maltol. El praliné, que nos trae a la memoria los dulces de la infancia, es excesivamente cálido, dulce como la vainilla y agrega una faceta balsámica a las fragancias. Una nota de fondo suave, láctea y con aroma a algodón de azúcar.
En perfumería, la nota láctea y dulce del praliné debe su éxito a la creación de “Angel”, un perfume desarrollado por Thierry Mugler y lanzado por primera vez en 1992, y rápidamente retomado por “Lolita Lempicka” en 1997. Estas fragancias marcaron el comienzo de una nueva era en la historia de la perfumería obsesionada con el gourmand, poniendo notas como el praliné en la delantera.
Aunque el auge de las notas gustativas se lo atribuye a Angel de Thierry Mugler, el primer perfume de la marca Lolita Lempicka, retomando la nota de almendra garapiñada para asociarla con la vainilla y el regaliz, hará que sea un éxito nada más salir al mercado.
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