Los aldehídos potencian la armonía aromática de una experiencia olfativa. A menudo están asociados con notas florales y revelan los matices de cada aroma para lograr una fragancia más profunda, completa y elevada.
Los aldehídos se pueden obtener de los extractos de rosas y frutas cítricas, pero en cantidades mínimas. Como resultado, se crean aldehídos sintéticos.
El término "aldehído" es una combinación única de las palabras "alcohol" y "dehydrogenatus", acuñada originalmente por el químico Auguste George Darzens. Este químico orgánico francés nacido en Rusia descubrió por primera vez los aldehídos en 1903 cuando sintetizó C-12 Mna. Posteriormente, Blaise aisló los aldehídos C8, C9, C10, C11 y C12 láurico. Al principio, la industria de los perfumes ignoró los aldehídos, ya que se consideraba que los nuevos aromas eran bastante escasos. Los aldehídos impares (C9 y C11) dan una fragancia similar a la cera quemada de una vela apagada, a pesar de provenir de esencia de rosas. A los aldehídos pares no les fue mejor, ya que, a pesar de provenir de la molienda de cítricos y de tener un aroma claro e intenso, se consideraban "metálicos" en ese momento. Sin embargo, la función de los aldehídos de Darzens se revelaría al descubrirse que el compuesto químico en realidad podía realzar los demás ingredientes aromatizados de un perfume. Cuando se usan sutilmente y se dosifican hábilmente, las moléculas sintéticas tienen la capacidad de revelar y realzar una fragancia.
Aunque los aldehídos están naturalmente presentes en los extractos de rosas y cítricos, las cantidades son bastante escasas. Por eso, para reforzar el suministro, se crean aldehídos sintéticos en el laboratorio. Si bien los aldehídos C12 y C-12 Mna ofrecen fragancias muy similares, resultan inconfundiblemente diferentes para el olfato entrenado de un entendido en la materia. Ambas variaciones evocan notas típicas de los aldehídos que insinúan un ramo de acentos florales, notas de cera o jabonosas, y una amalgama de fragancias de jengibre, cítricos y laurel. El icónico y elegante Chanel No.5, desarrollado por primera vez en 1921, fue el resultado de una combinación única: una pizca de aldehído y un rico ramo de flores vibrantes.
"Un perfume de mujer, con olor a mujer... Un perfume como nunca se ha hecho". Tal fue la petición de Gabrielle Chanel a Ernest Beaux. El perfumista trabajó con nuevas moléculas: aldehídos, muy difíciles de dosificar, que amplifican el carácter floral, y dan difusión a toda la estructura del perfume. Chanel N°5 será el primero de una amplia familia de Florales Aldehídicos.
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