Hace un siglo, en 1917, François Coty lanzó "Chypre", una fragancia que se convirtió en legendaria y dio un vuelco al mundo de la perfumería. La fórmula de esta fragancia compleja y sofisticada marcó un punto de inflexión al introducir una combinación sin precedentes de cítricos, flores, maderas y notas ambarinas. Esta mezcla ha influido en generaciones de perfumistas, inspirando creaciones icónicas como Mitsouko de Guerlain, Bandit de Robert Piguet y Miss Dior Esprit de Parfum Original.
En una reciente conferencia en la Osmothèque, los aficionados redescubrieron esta fragancia legendaria, cuya fórmula no se comercializaba desde los años cincuenta. Para Jean Kerléo, Presidente de Honor de la Sociedad Francesa de Perfumistas, el "chypre" es el "número de oro" del perfume, un equilibrio perfecto entre elegancia y sensualidad. Sus notas complejas, que combinan bergamota, rosa, jazmín, pachulí, musgo de roble y cistus labdanum, lo convierten en una fragancia única y elitista, menos comercial y más cerebral que las demás.
Hoy en día, el chypre sigue fascinando y desafiando a los jóvenes diseñadores, seduciendo a un público mundial con su elegancia atemporal y misteriosa. Las notas afrutadas añaden una nueva faceta a estas creaciones, que pretenden aportar modernidad y adicción a este acorde misterioso. Asimismo, debido a las restricciones normativas, el musgo de roble se ha visto restringido o sustituido por notas sintéticas como el Evernyl, que sigue desempeñando su papel de segunda piel para una persistencia excepcional.
