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¿Por qué nos encantan los perfumes con olor a limpio?

La atracción por las fragancias que evocan sensaciones de limpieza está arraigada en factores sociológicos y culturales.

La atracción por las fragancias que evocan sensaciones de limpieza está arraigada en factores sociológicos y culturales.

Desde tiempos inmemoriales, el aseo y la pulcritud han sido atributos valorados en todas las sociedades, asociados a la salud, a la higiene y al bienestar. En lo que se refiere a la perfumería, las fragancias que huelen a limpio son sinónimo de frescura y confort. Vamos a descubrir por qué nos sentimos tan fascinados por los perfumes con olor a limpio.

Son las 10 de la mañana en Nueva York, las 4 de la tarde en Madrid, ambos, buenos momentos del día para dejarnos llevar por el bienestar que producen los perfumes con olor a limpio de la mano del perfumista Rodrigo Flores-Roux, vicepresidente de perfumería en Givaudan y Académico de la Fundación Academia del Perfume, quien nos recibe en su despacho a través de la pantalla. Más adelante, Gregorio Sola, Lifestyle Brands Perfumer de Puig y, también, Académico de la ADP, nos ayudará a completar la visión cultural, sociológica e histórica de Roux acerca de estas fragancias. <br> <br>

Hablar de perfumes con olor a limpio nos lleva a reflexionar sobre cuestiones mundanas, pero a la vez transcendentales: la enfermedad, la muerte y la vida, e, incluso, a cuestionar el papel del perfumista en la sociedad. <br> <br>

Cuenta Flores-Roux que fue su propio padre quien le abrió los ojos ante la magia de su oficio, “una de las profesiones más útiles porque ayuda a la especie humana a olvidarse de que va a morir”. El perfume, los olores agradables y limpios están conectados con la higiene, una cuestión vital para la supervivencia de nuestra especie. <br> <br>

Son las 10 de la mañana en Nueva York, las 4 de la tarde en Madrid, ambos, buenos momentos del día para dejarnos llevar por el bienestar que producen los perfumes con olor a limpio de la mano del perfumista Rodrigo Flores-Roux, vicepresidente de perfumería en Givaudan y Académico de la Fundación Academia del Perfume, quien nos recibe en su despacho a través de la pantalla. Más adelante, Gregorio Sola, Lifestyle Brands Perfumer de Puig y, también, Académico de la ADP, nos ayudará a completar la visión cultural, sociológica e histórica de Roux acerca de estas fragancias.


Hablar de perfumes con olor a limpio nos lleva a reflexionar sobre cuestiones mundanas, pero a la vez transcendentales: la enfermedad, la muerte y la vida, e, incluso, a cuestionar el papel del perfumista en la sociedad.


Cuenta Flores-Roux que fue su propio padre quien le abrió los ojos ante la magia de su oficio, “una de las profesiones más útiles porque ayuda a la especie humana a olvidarse de que va a morir”. El perfume, los olores agradables y limpios están conectados con la higiene, una cuestión vital para la supervivencia de nuestra especie.



“Tenemos un modus vivendi muy dependiente de productos perfumados y la gran mayoría son productos de limpieza. La especie sobrevive porque se limpia”, explica el perfumista.


Además del saber hacer de los perfumistas, en Givaudan trabajan con un algoritmo muy complejo que permite estudiar diferentes asociaciones de materias primas para evaluar las sensaciones que nos hacen sentir los perfumes con el objetivo de mejorar el bienestar.


Pero, dejando al margen a la inteligencia artificial, proseguimos con nuestra clase magistral sobre perfumes limpios que, para ayudarnos a comprender sus secretos, Flores-Roux simplifica en tres categorías: aldehídos, almizcles y, como ingredientes naturales, la floralidad del azahar (en realidad, todos los extractos que se obtienen en torno a la naranja) y de la lavanda.

“Tenemos un modus vivendi muy dependiente de productos perfumados y la gran mayoría son productos de limpieza”, Rodrigo Flores-Roux.

Aldehídos y el olor a jabón

Aldehídos y el olor a jabón

“Los aldehídos son moléculas que existen en la naturaleza. Por ejemplo, en la rosa, en el cilantro, en el jengibre y en la citronela. Se empezaron a sintetizar en el siglo XIX y a emplearse en perfumes en 1910”, explica el maestro perfumista.


Estas moléculas tienen un gran poder evocador. Aisladas pueden sugerirnos el olor de la cáscara de limón, de la parafina, del lino e, incluso, el olor caliente y metálico de la plancha. Evocan, también, “el olor de la pasta de jabón sin perfumar”.


Quizá te pueda sorprender que Chanel Nº 5 entre en la clasificación de perfumes con olor a limpio, pero su fórmula, creada por Ernest Beaux en 1921, tiene una sobredosis de aldehídos que lo convirtió al instante y para siempre en una fragancia icónica.


Estas moléculas están presentes en multitud de perfumes con unas marcadas notas de salida jabonosas como 4711 Acqua Colonia; White Linen, de Estée Lauder; Neroli Portofino, de Tom Ford; This is not a Blue Bottle, de Histories de Parfums. En Blanche, de Byredo, se reconoce un acorde limpio aldehídico que recrea la sensación de limpieza en una ducha. Y Juniper Sling, de Penhaligon’s, combina esta sensación con una nota de enebro y cítricos radiantes luminosos.

Almizcles y el olor a piel limpia

Almizcles y el olor a piel limpia

Flores-Roux sigue con su explicación acerca de los olores que nos producen sensaciones agradables de limpieza: “A partir de los años 50, se empezaron a utilizar en gran cantidad moléculas almizcladas en perfumes de detergentes y jabonería. Son de evaporación lenta y buenos agentes fijadores, sobre todo, en textiles”.


La combinación de aldehídos y almizcles crea una primera sensación luminosa y de frescor que da paso a otro nivel de sensación de limpieza que huele a piel y a textil.


Actualmente, la química de los almizcles ha evolucionado mucho. Algunos huelen ligeramente a mora, otros a tierra mojada después de la lluvia, y otros son más sensuales y evocan la piel, apunta el perfumista.


Encontramos ejemplos en For Her, de Narciso Rodriguez, que no por casualidad es un perfume icónico de un diseñador de moda que utiliza mucho el lino y el algodón; en los toques almizclados de 212 y en Good Girl Blush, de Carolina Herrera, cosmético y apolvado; en Valaya, de Parfums de Marly, que evoca la sensación íntima del algodón en la piel; y en White Musk, de The Body Shop, almizclado, floral y amaderado.

Flores y bienestar

Flores y bienestar

El tercer pilar de una fragancia con olor a limpio son las flores: azahar y lavanda. En realidad, más que al azahar habría que referirse al naranjo, ya que en perfumería se utiliza “la flor, la fruta, la hoja y la rama joven”, especifica Rodrigo Flores-Roux.


Se pueden extraer aceites esenciales de la cáscara, de la fruta, del fruto inmaduro, de la hoja, de las ramas verdes y de la flor (incluso, cuando está verde). Todos los productos que se extraen del naranjo para la perfumería contienen aldehídos, aclara el perfumista.


“La lavanda es otro ingrediente peculiar. Es un antiséptico. Ayuda a limpiar y a desinfectar porque tiene alcanfor, salicilato de bencilo y otras moléculas como mentol que son muy efectivas como agentes antibacterianos. Y, además, es relajante”, explica.


Las virtudes de la lavanda como agente de limpieza son muy conocidas, prosigue, y no es casualidad que se combine con notas cítricas (limón, naranja, bergamota…).


Entre los florales aldehídos hay grandes perfumes como Calèche, de Hermés, Madame Rochas o Ma Griffe, de Carven, que son perfumes de casas de alta moda. También encontramos aldehídos en perfumería masculina como Sauvage, de Dior.

“Hoy en día, podríamos diferenciar dos tipos de perfumes con olor a limpio: Fresh & Clean y Soft & Clean”, Gregorio Sola.

Fresh & Clean y Soft & Clean

Fresh & Clean y Soft & Clean

Gregorio Sola, Lifestyle Brands Perfumer de Puig, señala que hoy en día podríamos diferenciar dos tipos de perfumes con olor a limpio: Fresh & Clean y Soft & Clean.


“En los primeros se trabaja con ingredientes transparentes, luminosos y notas aldehídicas sobre acordes que traducen ese olor de camiseta blanca, limpia y recién lavada. En los segundos se busca una suavidad transparente, un poco de cosmética limpia, en el que las flores suaves, como la peonía, las lilas y fresias, se envuelven en acordes suaves y cosméticos, ligeramente apolvados, limpios y confortables para transmitir esa sensación de seducción limpia”, explica Sola.



¿Por qué gustan tanto los perfumes con olor a limpio? Según Sola, cada vez nos gustan más las sensaciones de ligereza y naturaleza. “La sensación de frescor, confort y limpieza, integrada en familias florales o fougère, nos aporta un plus de naturalidad, de aire limpio y sensación de transparencia”, sostiene.


“Si hablamos de perfumes masculinos, hay un retorno a los años 70, pero con ingredientes del siglo XXI, combinando acordes de limpieza y afeitado con ingredientes modernos e innovadores”, revela.

Queda claro que, al margen de tendencias y de los complejos algoritmos de la IA, nuestro instinto humano (y animal) nos hace inclinarnos por los perfumes que evocan sensaciones de limpieza, que nos conectan con la naturaleza y que satisfacen la necesidad de sentirnos seguros y confortables proporcionándonos bienestar.

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