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Perfumes y Emociones

Memoria olfativa, el vínculo entre fragancias y recuerdos

Los recuerdos están hechos de sensaciones, de fotos antiguas y postales, pero sin duda están hechos de aromas. La vida transcurre a un ritmo frenético y de repente, sin previo aviso un olor hace que se pare el tiempo.

Los recuerdos están hechos de sensaciones, de fotos antiguas y postales, pero sin duda están hechos de aromas. La vida transcurre a un ritmo frenético y de repente, sin previo aviso un olor hace que se pare el tiempo.

Te dispones a ordenar cajas y de pronto ese aroma característico de la playa te hace volver al verano; te cruzas con alguien en la calle y te parece reconocer a un antiguo amor en su perfume o pruebas un plato casero que te transporta a tu infancia. Todas estas conexiones son fruto de la memoria olfativa, una cualidad que relaciona olores con recuerdos y emociones.

El olfato es uno de los sentidos más desarrollados y primitivos que tenemos, está conectado al sistema límbico, responsable de las emociones y los recuerdos por lo que es puro instinto.

Es importante incluso antes de nuestro nacimiento. Se sabe que los bebés desarrollan el apego con la madre por el olor y por eso durante los primeros meses de vida, la identifican por el olfato, como decimos, puro instinto.<br>

A pesar de que se tiende a romantizar la memoria olfativa con sentimientos positivos, también puede evocar sensaciones desagradables. De hecho, ciertos olores como el de la comida en mal estado o el de algunos productos de limpieza nos ponen en alerta para evitarlos. La primera vez que olemos algo, ese instante queda registrado en nuestro cerebro para siempre, de tal forma que cada vez que volvamos a sentirlo nos evocará a esa primera vez. Así como la información que recibimos de otros sentidos desaparece pronto de la memoria, un aroma permanece de por vida. <br>

Es importante incluso antes de nuestro nacimiento. Se sabe que los bebés desarrollan el apego con la madre por el olor y por eso durante los primeros meses de vida, la identifican por el olfato, como decimos, puro instinto.

A pesar de que se tiende a romantizar la memoria olfativa con sentimientos positivos, también puede evocar sensaciones desagradables. De hecho, ciertos olores como el de la comida en mal estado o el de algunos productos de limpieza nos ponen en alerta para evitarlos. La primera vez que olemos algo, ese instante queda registrado en nuestro cerebro para siempre, de tal forma que cada vez que volvamos a sentirlo nos evocará a esa primera vez. Así como la información que recibimos de otros sentidos desaparece pronto de la memoria, un aroma permanece de por vida.

A diferencia del resto de sentidos, en los que la información debe recorrer estructuras más complejas, el olfato tiene una conexión directa con el cerebro.

Cuando perciben un olor las neuronas olfativas se ponen en marcha, generando un impulso que se transmite directamente al cerebro. A diferencia del resto de sentidos, en los que la información debe recorrer estructuras más complejas, el olfato tiene una conexión directa con el cerebro. <br>

La percepción de un aroma se procesa en la zona del bulbo olfativo, que la transmite directamente al sistema límbico, donde se encuentra el hipocampo, encargado de generar memorias. Además, en esta zona también están el hipotálamo y la amígdala que son el centro de las emociones y los responsables de fijar ese recuerdo.<br>

Cuando perciben un olor las neuronas olfativas se ponen en marcha, generando un impulso que se transmite directamente al cerebro. A diferencia del resto de sentidos, en los que la información debe recorrer estructuras más complejas, el olfato tiene una conexión directa con el cerebro.

La percepción de un aroma se procesa en la zona del bulbo olfativo, que la transmite directamente al sistema límbico, donde se encuentra el hipocampo, encargado de generar memorias. Además, en esta zona también están el hipotálamo y la amígdala que son el centro de las emociones y los responsables de fijar ese recuerdo.

Así pues, la memoria olfativa es un gran álbum de recuerdos, único e intransferible, una cualidad que nos vincula a nuestro yo más primitivo, pero también al más sensible. <br>

Gracias a esta somos capaces de escoger un perfume entre un millón, ya que, de forma aparentemente inexplicable, despierta algo en nosotros cuando lo olemos. <br>

Este efecto no es casual, puesto que las fragancias se elaboran para conseguirlo. Con una gran dosis de creatividad y sensibilidad los perfumistas nos hacen viajar a través de nuestro olfato y emociones.<br>

Así pues, la memoria olfativa es un gran álbum de recuerdos, único e intransferible, una cualidad que nos vincula a nuestro yo más primitivo, pero también al más sensible.

Gracias a esta somos capaces de escoger un perfume entre un millón, ya que, de forma aparentemente inexplicable, despierta algo en nosotros cuando lo olemos.

Este efecto no es casual, puesto que las fragancias se elaboran para conseguirlo. Con una gran dosis de creatividad y sensibilidad los perfumistas nos hacen viajar a través de nuestro olfato y emociones.

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