El perfume te hace único. ¿Cómo elegir un perfume según tu tipo de piel, el clima o cómo te sientes?
Seguro que más de una vez te habrá pasado que al oler tu perfume favorito en otra persona huele diferente. Esto sucede porque los ingredientes de la fragancia interaccionan con nuestra piel y las moléculas olorosas reaccionan generando un olor distinto en cada persona. Por este motivo, el perfume te hace único y especial. “El perfume es el complemento que no se ve y que debe ir con nosotros, con nuestra personalidad y con nuestra forma de ser”, en palabras del perfumista Gregorio Sola, Lifestyle Brands Perfumer de Puig.
Aprende a elegir un perfume según tu tipo de piel
Nuestra piel influye en cómo percibimos el perfume:
Piel grasa
Si tienes la piel grasa, el perfume tiende a durar más tiempo, debido a que se fija mejor.
En este caso, los perfumes más ligeros y frescos, así como las fragancias cítricas y acuáticas, se percibirán más sobre la piel.
Piel seca
La piel seca tiene menor fijación de la fragancia, por lo que esta se disipa más rápido.
Si es tu caso, y quieres sentir la estela del perfume durante horas, opta por esencias con mayor concentración. Las fragancias ambaradas, amaderadas y gourmand suelen ser una excelente elección para este tipo de piel. También puedes aplicarte crema hidratante antes de vaporizar el perfume. De esta manera, aumentarás su fijación.
Gregorio Sola explica que incluso la sudoración y el tipo de alimentación (por ejemplo, si consumimos muchas especias) pueden tener influencia sobre el perfume. No obstante, “hoy en día, los perfumes se diseñan para que sean buenos en cualquier tipo de piel”, revela.
Si tienes dudas a la hora de comprar un nuevo perfume, consulta a la consejera de belleza de la tienda. Te ayudará a elegir las fragancias que más encajan contigo basándose en tus preferencias personales. ¿Quieres hacer una selección antes de acudir al punto de venta? Te recomendamos que explores en la biblioteca de perfumes de Wikiparfum. Puedes buscar perfumes similares a tus favoritos o filtrar resultados de búsqueda por ingredientes.
Otro factor a tener en cuenta: el clima
Piensa en la estación del año en la que vas a utilizar el perfume y en qué ocasiones lo vas a llevar. Las fragancias frescas son perfectas para climas cálidos, mientras que las fragancias más intensas se disfrutan más cuando bajan las temperaturas y apetecen esencias más complejas.
Verano
Los perfumes frescos con notas suaves, cítricas o acuáticas son ideales para el verano porque transmiten sensaciones de frescor y limpieza muy agradables.
Debes tener en cuenta que las altas temperaturas favorecen la evaporación de las fragancias.
Invierno
Cuando las temperaturas son bajas, apetece utilizar esencias más concentradas y reconfortantes que transmitan sensaciones cálidas.
El clima frío favorece la permanencia de la fragancia sobre la piel, por lo que podemos disfrutar en toda su plenitud de perfumes más ricos y con múltiples facetas.
Acertarás al elegir un perfume nuevo, si este te hace sentir bien. Define tus preferencias en cuanto a familias olfativas e ingredientes y permítete algún atrevimiento para disfrutar de esencias más especiales.
¿Cómo te sientes hoy?
Un detalle que suele pasar inadvertido es el estado anímico que tenemos cuando olemos un perfume. Por ejemplo, los perfumistas trabajan en equipo a la hora de evaluar los matices y facetas de una fragancia, ya que la toma de decisiones puede verse afectada por esta cuestión, explica Sola.
“Un perfume es como un diamante con muchas facetas y en cada uno de nosotros ‘entra’ por un brillo diferente. Sobre un mismo perfume, yo puedo fijarme en la nota afrutada y otra persona en la cítrica o en un jazmín”, revela el perfumista.
Esto tiene una explicación en el plano científico, como indica la investigadora del CSIC, especialista en el sentido del olfato, Laura López Mascaraque, ya que “los estímulos olfatorios pueden llegar a afectar el estado de ánimo, provocando ansiedad, tristeza o alegría”. Por este motivo, las marcas de perfumes investigan las respuestas neurológicas a los olores para desarrollar esencias que nos ayuden a sentirnos mejor. De este modo, la lavanda y el neroli nos ayudan a relajarnos, y asociamos la vainilla, por lo general, a momentos felices, por ser un ingrediente habitual en los postres. Cítricos, notas mentoladas y especias reactivan nuestra energía y transmiten vitalidad y fortaleza.
Prueba el perfume sobre tu piel antes de comprar
Normalmente, solemos probar el perfume por primera vez sobre un papel secante o mouilette. Es la forma más extendida de realizar una cata de perfume. Pero si la esencia te parece interesante y crees que podría gustarte, te recomendamos que pruebes el perfume en tu piel antes de comprarlo.
Aplica una pequeña cantidad en tu muñeca o en el pliegue del codo y espera unos minutos para dar tiempo a que la fragancia se desarrolle en tu piel. Así podrás comprobar cómo evoluciona.
Después de aplicar el perfume, lo aconsejable es esperar unas horas para sentir cómo evoluciona la fragancia. Las notas de salida son las que se perciben inmediatamente después de la aplicación. Luego, surgen las notas de corazón. Y, por último, las de fondo. Asegúrate de que te gustan todas las etapas de la fragancia en tu piel antes de decirte por ella.
“Mi recomendación es vivir el perfume, llevarlo puesto y ver cómo evoluciona. Prueba, como mucho, dos perfumes, uno en cada brazo, y valora las impresiones que sientes al aplicarlo y durante su evolución. Debe ser como una sinfonía con su apertura, desarrollo y final”, aconseja Sola.
El perfumista indica que un perfume no es mejor por ser más difusivo o llamar más la atención. “Hay personas que prefieren perfumes más íntimos, pegados a su piel y que solo pueda oler el que esté muy cerca. En el lado opuesto, también hay quienes llevan un perfume que se puede apreciar a diez metros”, apunta.