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El perfume de la primavera

Jardines repletos de flores, paseos por el campo, picnics al aire libre, el primer helado de la temporada, la brisa suave y las tardes más largas…

Jardines repletos de flores, paseos por el campo, picnics al aire libre, el primer helado de la temporada, la brisa suave y las tardes más largas…

La primavera nos invita a unirnos al renacimiento de la naturaleza, lo que, en términos perfumísticos, se traduce en un torrente de notas florales y vegetales. Además, la paleta del perfumista se llena de notas afrutadas como nunca las habíamos disfrutado. Te invitamos a descubrir el perfume de la primavera.

La vitalidad, alegría y ligereza de los perfumes florales más primaverales nos hace sentirnos renovados y animados esta temporada.

Flores y más flores

Flores y más flores

Rosa, jazmín, magnolia, jacinto, azahar, lirio del valle… Las notas florales nos permiten sentir la frescura y energía de la primavera con su delicado y femenino aroma que brilla aún más con la incorporación de notas verdes que evocan la fragancia de la hierba recién cortada y bañada por el rocío de la mañana.
“Las flores solares, como el azahar, el jazmín y el ylang ylang, visten nuestra piel de calidez, sensualidad, alegría y bienestar”, explica Adela Sánchez, Trainer Fragrance de Shiseido. “Mientras que las notas verdes o terrosas, como la hoja de la violeta, de higuera, el vetiver y el pino, nos sumergen en una experiencia olfativa que evoca un paseo por el campo”, precisa.


La lluvia que da paso a las flores sirve de inspiración a Aqua Allegoria Florabloom, una nueva creación de Guerlain que evoca las superfloraciones del desierto. Flores blancas, rosas, notas de lirio y violetas se fusionan sobre un fondo de musgo que culmina con facetas untuosas y solares.

Destaca la Rosa Centifolia de Grasse, reina de la perfumería desde el siglo XIX, cuando se creó el híbrido que dio origen a esta delicada flor que se recoge a mano durante las tres semanas que dura su floración. También está muy presente el nardo, mediante una pomada obtenida por enflorado sobre una manteca vegetal de Grasse, un absoluto y una extracción con CO2 de nardo de la India que revela facetas untuosas, gracias a un acorde de mango.

La lluvia que da paso a las flores sirve de inspiración a Aqua Allegoria Florabloom, una nueva creación de Guerlain que evoca las superfloraciones del desierto. Flores blancas, rosas, notas de lirio y violetas se fusionan sobre un fondo de musgo que culmina con facetas untuosas y solares.
Destaca la Rosa Centifolia de Grasse, reina de la perfumería desde el siglo XIX, cuando se creó el híbrido que dio origen a esta delicada flor que se recoge a mano durante las tres semanas que dura su floración. También está muy presente el nardo, mediante una pomada obtenida por enflorado sobre una manteca vegetal de Grasse, un absoluto y una extracción con CO2 de nardo de la India que revela facetas untuosas, gracias a un acorde de mango.

“Se nota una vuelta a las notas florales más directas con flores blancas y la vuelta de la rosa en los perfumes femeninos”, explica Jérôme di Marino.

Según el perfumista Jérôme di Marino, hay una tendencia de perfumes más naturales en términos de notas olfativas. “Se nota una vuelta a las notas florales más directas con flores blancas y la vuelta de la rosa en los perfumes femeninos”, puntualiza.
Floral y herbácea, la nota de Iris Pallida, conocida como el “oro azul de Grasse” da vida a la nueva fragancia de L’Occitane, Herbae. La composición vibra con un extracto natural de Iris Pallida, que florece en el corazón de Provenza, desplegando una adictiva y refrescante sinfonía floral.

El iris es una de las materias primas más preciadas y caras de la perfumería. El absoluto de la flor se obtiene de una extracción de sus raíces, que deben ser peladas, lavadas y secadas, antes de ser trituradas y destiladas hasta obtener lo que se denomina mantequilla o concreto. Este proceso, tan largo y complejo, sumado a su bajo rendimiento, convierte a esta materia prima en una de las más valiosas para los perfumistas.

Según el perfumista Jérôme di Marino, hay una tendencia de perfumes más naturales en términos de notas olfativas. “Se nota una vuelta a las notas florales más directas con flores blancas y la vuelta de la rosa en los perfumes femeninos”, puntualiza.
Floral y herbácea, la nota de Iris Pallida, conocida como el “oro azul de Grasse” da vida a la nueva fragancia de L’Occitane, Herbae. La composición vibra con un extracto natural de Iris Pallida, que florece en el corazón de Provenza, desplegando una adictiva y refrescante sinfonía floral.
El iris es una de las materias primas más preciadas y caras de la perfumería. El absoluto de la flor se obtiene de una extracción de sus raíces, que deben ser peladas, lavadas y secadas, antes de ser trituradas y destiladas hasta obtener lo que se denomina mantequilla o concreto. Este proceso, tan largo y complejo, sumado a su bajo rendimiento, convierte a esta materia prima en una de las más valiosas para los perfumistas.

La primavera es el hilo conductor de las nuevas L’Eau d’Issey, de Issey Miyake. “Quería crear fragancias que ofrecieran una interacción de color y materia, calentadas por los vibrantes rayos de primavera. La violeta y la lavanda irradian el mismo tono de color. Las he combinado con nuevos ingredientes luminosos manteniendo la frescura acuática característica de la marca”, detalla la perfumista Marie Salamagne, autora de L’Eau d’Issey Solar Violet y L’Eau d’Issey pour homme Solar Lavender. 

El jardín primaveral es el concepto protagonista de Brilliant Peony, de Clean Reserve H2 Eau Collection. “Creé esta fragancia para evocar la sensación de oler la peonía a orillas del lago Como, en Italia. El objetivo era mantener el floral fresco y húmedo, así que lo combiné con bergamota italiana para capturar aún más la esencia de la región”, explica la perfumista Catherine Selig. Hay que señalar que los perfumes de esta marca han sido desarrollados por Takasago con una base de agua, sin alcohol etílico, lo que los hace interesantes para personas con piel sensible.

La primavera es el hilo conductor de las nuevas L’Eau d’Issey, de Issey Miyake. “Quería crear fragancias que ofrecieran una interacción de color y materia, calentadas por los vibrantes rayos de primavera. La violeta y la lavanda irradian el mismo tono de color. Las he combinado con nuevos ingredientes luminosos manteniendo la frescura acuática característica de la marca”, detalla la perfumista Marie Salamagne, autora de L’Eau d’Issey Solar Violet y L’Eau d’Issey pour homme Solar Lavender.
El jardín primaveral es el concepto protagonista de Brilliant Peony, de Clean Reserve H2 Eau Collection. “Creé esta fragancia para evocar la sensación de oler la peonía a orillas del lago Como, en Italia. El objetivo era mantener el floral fresco y húmedo, así que lo combiné con bergamota italiana para capturar aún más la esencia de la región”, explica la perfumista Catherine Selig. Hay que señalar que los perfumes de esta marca han sido desarrollados por Takasago con una base de agua, sin alcohol etílico, lo que los hace interesantes para personas con piel sensible.

“El olor a jazmín encarna para mí algo que pertenece al orden de la belleza absoluta. Al llegar a nuestro cerebro, el perfume de sus flores provoca una sensación inmediata de felicidad. Narcótico y cautivador, familiar y lejano a la vez, el jazmín nos turba, evocación del dulzor de los jardines mediterráneos, mezclada con embriagadores efluvios exóticos, casi animales”, escribe el sourcer Dominique Roques en el libro El buscador de esencias.

Transparente y luminoso, pero, también, caracterizado por su alma sensual y animal, el jazmín adopta mil caras en las fragancias, según sea utilizado en la partitura del perfume. Lo encontramos en Daisy Wild, de Marc Jacobs, una fragancia que combina jazmín, vetiver y flor de plátano para expresar una sensación de conexión con la naturaleza y espíritu libre. También, en la nueva Miss Dior, obra de Francis Kurkdjian, director creativo de Parfums Dior, que recrea las tardes provenzales con el jazmín como contrapunto incorporando una faceta afrutada. Este giro gustativo nos traslada hacia un nuevo terreno olfativo, el de las notas florales golosas.

“El olor a jazmín encarna para mí algo que pertenece al orden de la belleza absoluta. Al llegar a nuestro cerebro, el perfume de sus flores provoca una sensación inmediata de felicidad. Narcótico y cautivador, familiar y lejano a la vez, el jazmín nos turba, evocación del dulzor de los jardines mediterráneos, mezclada con embriagadores efluvios exóticos, casi animales”, escribe el sourcer Dominique Roques en el libro El buscador de esencias.
Transparente y luminoso, pero, también, caracterizado por su alma sensual y animal, el jazmín adopta mil caras en las fragancias, según sea utilizado en la partitura del perfume. Lo encontramos en Daisy Wild, de Marc Jacobs, una fragancia que combina jazmín, vetiver y flor de plátano para expresar una sensación de conexión con la naturaleza y espíritu libre. También, en la nueva Miss Dior, obra de Francis Kurkdjian, director creativo de Parfums Dior, que recrea las tardes provenzales con el jazmín como contrapunto incorporando una faceta afrutada. Este giro gustativo nos traslada hacia un nuevo terreno olfativo, el de las notas florales golosas.

Nuevas notas afrutadas

Nuevas notas afrutadas

Aunque todavía quedan un par de meses para que las frutas de verano estén en su punto máximo de dulzor, notas crujientes, agridulces y jugosas de frutas llenan de matices gustativos las fragancias primaverales. “Su jugosidad nos ofrece juventud, dulzura y diversión: piña, melocotón, pera, coco y frutos rojos hacen las delicias de las generaciones más jóvenes. Toda una adicción para esta estación llena de romanticismo”, revela Adela Sánchez.
Aunque hasta hace unos años las notas afrutadas protagonizaban en su mayor parte fragancias destinadas a un público adolescente, la ampliación y diversificación de la paleta del perfumista, con frutas exóticas y notas más vívidas y realistas, está impulsando su presencia en composiciones de gran altura creativa.

El perfumista Ramón Monegal explica que las notas afrutadas no estaban contempladas en perfumería, salvo en composiciones Chipre. “Excepto los cítricos, todas las notas afrutadas (fresa, melocotón, piña, melón...) son sintéticas. Pero la evolución de clásico a moderno es bajar la flor y subir el resto (especias, bálsamo, resinas, maderas...)”, precisa.

Existe también un motivo cultural, sostiene Monegal, por el que las notas afrutadas se han utilizado poco en el pasado en Europa (salvo los cítricos). Actualmente, por influencia de la perfumería oriental, las frutas han inundado las composiciones olfativas.

Actualmente, nuevas tecnologías como Jungle EssenceTM, patentada en 2007 por la casa de fragancias Mane, permiten capturar moléculas odoríferas de flores y frutas para una producción a escala industrial con una vivacidad nunca vista hasta el momento. Esta técnica, alineada con los procesos de la química verde, ha permitido crear extractos de origen natural de piña, maracuyá, frambuesa, coco y ciruela, por citar solo algunos ejemplos. Y no deja de evolucionar brindando múltiples posibilidades a los perfumistas: “Tomamos, por ejemplo, la flor de osmanthus, conocida por su fragancia a albaricoque, y luego la mezclamos con melocotón. ¡El resultado es un extracto que funciona muy bien!", manifiesta Serge Majoullier, Vicepresident Perfumer, Creative Expert “Naturels d’exception”, de la compañía.

El perfumista Ramón Monegal explica que las notas afrutadas no estaban contempladas en perfumería, salvo en composiciones Chipre. “Excepto los cítricos, todas las notas afrutadas (fresa, melocotón, piña, melón…) son sintéticas. Pero la evolución de clásico a moderno es bajar la flor y subir el resto (especias, bálsamo, resinas, maderas…)”, precisa.
Existe también un motivo cultural, sostiene Monegal, por el que las notas afrutadas se han utilizado poco en el pasado en Europa (salvo los cítricos). Actualmente, por influencia de la perfumería oriental, las frutas han inundado las composiciones olfativas.
Actualmente, nuevas tecnologías como Jungle EssenceTM, patentada en 2007 por la casa de fragancias Mane, permiten capturar moléculas odoríferas de flores y frutas para una producción a escala industrial con una vivacidad nunca vista hasta el momento. Esta técnica, alineada con los procesos de la química verde, ha permitido crear extractos de origen natural de piña, maracuyá, frambuesa, coco y ciruela, por citar solo algunos ejemplos. Y no deja de evolucionar brindando múltiples posibilidades a los perfumistas: “Tomamos, por ejemplo, la flor de osmanthus, conocida por su fragancia a albaricoque, y luego la mezclamos con melocotón. ¡El resultado es un extracto que funciona muy bien!", manifiesta Serge Majoullier, Vicepresident Perfumer, Creative Expert “Naturels d’exception”, de la compañía.

Manzana, pera, cereza o melocotón acaparan protagonismo en fragancias como Eden Sparkling Lychee /39, de Kayali (manzana roja), My Way Eau de Parfum Nectar, de Giorgio Armani (pera), Q Eau de Parfum Intense, de Dolce&Gabbana (cereza) y À Fleur de Pêche, de L’Artisan Parfumeur (melocotón).

Desde Le Secret du Marais, Marta Tamayo, directora de Comunicación y Marketing de esta selecta boutique de fragancias de autor, situada en el corazón de Madrid, nos descubre sus perfumes favoritos para esta temporada: “Sabrage, de Anomalia Paris; Tilia de Marc, de Antoine Barrois; Cèdre Figalia, de Atelier Materi; 312, Saint-Honoré, de BDK Parfums; y Petit Matin, de Maison Francis Kurkdjian. Son bastantes porque me gusta cambiar en función de mi estado de ánimo y de la ocasión”, sostiene. Una atractiva selección de fragancias en la que no faltan las flores blancas y los almizcles, así como chispeantes y jugosas notas afrutadas.

Manzana, pera, cereza o melocotón acaparan protagonismo en fragancias como Eden Sparkling Lychee /39, de Kayali (manzana roja), My Way Eau de Parfum Nectar, de Giorgio Armani (pera), Q Eau de Parfum Intense, de Dolce&Gabbana (cereza) y À Fleur de Pêche, de L’Artisan Parfumeur (melocotón).
Desde Le Secret du Marais, Marta Tamayo, directora de Comunicación y Marketing de esta selecta boutique de fragancias de autor, situada en el corazón de Madrid, nos descubre sus perfumes favoritos para esta temporada: “Sabrage, de Anomalia Paris; Tilia de Marc, de Antoine Barrois; Cèdre Figalia, de Atelier Materi; 312, Saint-Honoré, de BDK Parfums; y Petit Matin, de Maison Francis Kurkdjian. Son bastantes porque me gusta cambiar en función de mi estado de ánimo y de la ocasión”, sostiene. Una atractiva selección de fragancias en la que no faltan las flores blancas y los almizcles, así como chispeantes y jugosas notas afrutadas.

La influencia de la perfumería oriental, en la que abunda la fruta, ha trasladado hasta Europa las notas afrutadas, explica el perfumista Ramón Monegal.

Aunque la conexión entre fragancia y naturaleza está en el propio origen de la perfumería, las tendencias perfumísticas actuales enfatizan ese vínculo y quedan totalmente de manifiesto en los perfumes más apropiados para primavera.
“La incertidumbre ante el contexto internacional y el cambio climático nos sitúa esta primavera ante unas tendencias olfativas centradas en fragancias que aportan bienestar, tranquilidad y seguridad y que nos conectan con la naturaleza. Así, 2024 pone en tendencia componentes clásicos trabajados de forma renovada y moderna, con la rosa como la reina de las flores y de las fragancias femeninas y, junto a ella, las flores blancas que llenan de luz nuestra vida y, en general, aquellas que confieren delicadeza y romanticismo como el iris, la lila, la magnolia y la violeta”, manifiesta la experta en fragancias de Shiseido, Adela Sánchez. En cuanto a las fragancias masculinas, señala que existe una renovación de grandes clásicos como los aromáticos y la familia fougère (lavanda, musgo, jara, anís…).
¿Qué acorde natural será el que te seduzca esta primavera?

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