¿Cómo se hace un perfume?

Como es de esperar la crear un perfume es un proceso largo y lleno de dedicación en el que intervienen numerosas personas y donde cada pequeño paso del proceso tiene gran importancia, desde la materia prima al packaging.

El primer paso en la creación de un perfume es la inspiración. Esta puede surgir de un recuerdo, de una imagen, una canción, incluso de una memoria olfativa. Este momento es clave ya que sienta las bases del perfume que esperamos conseguir. Esta idea puede surgir del mismo perfumista o de un equipo creativo que le traslade la propuesta. En cualquier caso, se elabora un brief en el que no solo se detalla como debe ser el perfume y su historia sino a quien va dirigido. Además, se debe detallar qué notas o ingredientes son los deseados.

Una vez está clara la idea, empieza el trabajo del perfumista, también conocido como nariz. Con los ingredientes y notas decididos tiene que pensar como estructurarlos y armonizarlos. Entonces tiene dos opciones, o crear el perfume de cero, o partir de una o varias formulas y añadirles ingredientes. Los grandes perfumistas cuentan con su propia librería olfativa, que cuenta con numerosas formulas para conseguir los acordes deseados. Sea cual sea la opción, el perfumista empieza su proceso creativo y diseña el perfume deseado.


En este punto es importante hablar de la selección de la materia prima. Tanto de ingredientes naturales, provenientes de diferentes rincones del planeta a sintéticos que completarán la formula. Las materias primas se obtienen a través de diferentes procesos entre los que destaca la síntesis que permite reproducir aromas que cuestan mucho de obtener, que son muy caras o que no existen en la naturaleza.

Para llegar a ese producto deseado, el perfumista hace varias pruebas que se pesarán. La formula es el listado de ingredientes y las cantidades de cada uno de ellos. En este punto es importante tener en mente la pirámide olfativa para poder ordenar las notas y los ingredientes según su volatilidad e importancia.

Se deben realizar diferentes pruebas para ver si el resultado es el esperado, siempre diluyéndolas en etanol. Estas se suelen oler sobre mouillettes (papel secante) y sobre la piel para evaluar la difusión y duración.

Tras estas pruebas se realizan los cambios necesarios y se perfecciona la fórmula hasta conseguir perfilar el perfume definitivamente y el concentrado final.

Cuando por fin se consigue el concentrado de perfume deseado, se procede a la maduración para conseguir que todas las notas se mezclen de forma armónica. Durante varias semanas se almacena el concentrado a una temperatura de unos 13 ºC para que los diferentes ingredientes interactúen.

Después de estas semanas se mezcla el concentrado de perfume con alcohol etílico. Se trata de un líquido que no distorsiona la fragancia del concentrado y que estará presente en el perfume final (el porcentaje, entre un 70 y 95% depende del producto deseado: eau de toilette, eau de parfum o perfume). El alcohol permite que las materias primas del perfume se desprendan y contribuye a una mejor conservación de la fragancia.

Finalmente se deja macerar el perfume para conseguir que la mezcla quede homogénea y los diferentes ingredientes y texturas se unifiquen. Para ello se almacena el perfume durante varias semanas. Después se filtra la mezcla a temperaturas muy bajas (menos de 5 ºC) .

¡Y por fin tenemos el perfume! Es un proceso largo y costoso. A pesar de lo minucioso que es y de la dedicación que requiere se trata de una forma de arte como pocas. Crear un perfume es una forma de materializar sueños ¿Quién dijo que fuera tarea fácil?